Por Genaro Beristain -
El pasado 5 de marzo a las 16:25 hora local, falleció Hugo Rafael Chávez Frías, tenía 58 años de edad y 14 gobernando Venezuela, la noticia tuvo un gran impacto nacional e internacional. Figura controvertida la de Chávez, señalado como revolucionario por unos y acusado de ser un dictador por otros, su muerte crea bastante incertidumbre sobre el futuro de Venezuela. A pesar de los claroscuros de su imagen, la comunidad internacional ha manifestado su pesar y apoyo al pueblo venezolano por la falta de su líder; pero, cabe resaltar, las señales que emite la comunidad internacional son confusas.
El pasado 5 de marzo a las 16:25 hora local, falleció Hugo Rafael Chávez Frías, tenía 58 años de edad y 14 gobernando Venezuela, la noticia tuvo un gran impacto nacional e internacional. Figura controvertida la de Chávez, señalado como revolucionario por unos y acusado de ser un dictador por otros, su muerte crea bastante incertidumbre sobre el futuro de Venezuela. A pesar de los claroscuros de su imagen, la comunidad internacional ha manifestado su pesar y apoyo al pueblo venezolano por la falta de su líder; pero, cabe resaltar, las señales que emite la comunidad internacional son confusas.
El 17 de diciembre de
2011 falleció Kim Jong-il, el “querido líder” de Corea del Norte. Kim murió a los
69 años de edad, víctima de su deteriorado estado de salud. La gran diferencia
con lo que ocurrió en Venezuela a principios de este mes, fue la falta de
solidaridad y pesar de la comunidad internacional al pueblo norcoreano tras la
muerte de su líder. Kim al igual que Chávez fue un revolucionario, símbolo de
la lucha socialista, líder amado por su pueblo y enemigo de los intereses de
Estados Unidos.
Entonces ¿cuál es la
diferencia?, ¿Bajo qué criterios se decide que dictadores son agradables?
Mientras que a las exequias de Hugo Chávez asistieron 30 jefes de Estado y de
gobierno, los funerales del líder norcoreano pasaron desapercibidos. Las
acusaciones al régimen de Pyongyang de violar los derechos humanos de su
población y de hacer uso de su dudoso armamento nuclear para amenazar la paz y
seguridad internacional son constantes; tal parece que la comunidad
internacional ha proscrito a Corea del Norte y la muerte de su líder no mereció
la misma atención.
Las actividades del
exlíder de la revolución bolivariana, también han sido objeto de muchas
críticas y controversias, entre las que podemos destacar; violaciones a los
derechos humanos, financiar grupos guerrilleros como las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia (FARC), modificar la constitución para “perpetuarse
en el poder” apoyar a regímenes autoritarios y poco democráticos como el Mahmoud
Ahmadinejad, en Irán, entre otros. Pero quizá su mayor crítica, sea el haber
polarizado a la sociedad venezolana, enfrentar a sus propios habitantes,
dividiéndolos en revolucionarios e imperialistas, entre buenos y malos. El
futuro de Venezuela no es claro, solo el tiempo dirá si Nicolás Maduro tiene el
carisma, la inteligencia y la capacidad de su antecesor para evitar un momentos
difíciles, agitados y costosos para los venezolanos, y transitar de la
revolución bolivariana al chavismo sin Chávez.
En Corea del Norte la
transición se dio de modo dinástico, de padre a hijo. Tal como lo recibió Kim
Jong-il de su padre Kim Il Sung en 1994, en 2011 fue el turno para Kim Jong-un.
Esta transmisión de poderes se realizó dentro del mayor apego institucional
posible, aunque que no existe oposición al gobierno o al partido, todos sus
miembros aceptaron sin bacilar las indicaciones del “Gran dirigente”.