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martes, junio 06, 2017

Los resultantes electorales de la jornada dominical

Por Amando Basurto-

Ya se ha enfatizado la importancia de la jornada electoral del día domingo al ser el prefacio a las elecciones generales del próximo año. Vale la pena hacerlo aquí de nuevo. Todavía falta tener a mano los resultados finales de las elecciones llevadas a cabo en Coahuila, el Estado de México, Nayarit y Veracruz para poder hacer un análisis completo de lo ocurrido, si embargo es posible señalar un par de resultantes cuya relevancia será mayor conforme pasen los días y los conteos distritales y la calificación de la elección se realicen.

Primero, parece haber un partido ganador en la contienda del domingo. El Movimiento de Regeneración Nacional se posicionó fuertemente en el Estado de México a pesar de su probable derrota. El corto margen reportado con el 97% de las casillas computadas en el Programa de Resultados Electorales Preliminares entre los candidatos de MORENA y del Partido Revolucionario Institucional es de menos de 3% lo que indica que, a pesar del poderío electoral del PRI en aquel estado, a penas le fue suficiente para no perder. Pero más importante que el margen de diferencia entre ambos candidatos es la cantidad de votos que gana el partido de López Obrador en total. Hay que recordar que la lista nominal del Estado de México contiene poco más de 11 millones de posibles votantes y por ello representa fundamental en las aspiraciones de cualquier partido a ganar elecciones presidenciales. La cosecha de MORENA el pasado domingo rebasa un millón quinientos mil votos, convirtiéndola en la primera fuerza política en el Estado de México (ya que Alfredo del Mazo obtuvo arriba de un millón novecientos pero sólo tras la suma de los votos aportados por PRI, PVEM, PANAL y ES en coalición). A esto habría que sumar las cosechas electorales de MORENA en las elecciones llevadas acabo justo hace un año tanto en Veracruz como en la Ciudad de México. En el primer caso, el candidato Cuitláhuac García (MORENA) obtuvo poco más de 809 mil votos por debajo de dos coaliciones electorales (una PAN/PRD y otra PRI/PVEM/PANAL/AVE); en el caso de las Ciudad de México MORENA obtuvo (en las elecciones a la Asamblea) casi 750 mil votos, convirtiéndose en la primera fuerza política en la capital del país. Esto quiere decir que MORENA es hoy la primera fuerza electoral en tres de los cuatro estados con los padrones electorales más grandes (el otro caso es Jalisco).

Esto no quiere decir que Regeneración Nacional vaya en caballo de hacienda rumbo la contienda electoral de próximo año, ni mucho menos. El principal enemigo de ese partido es la soberbia y egolatría de su dirigente (y su dirigencia en lo general) y, por ello, el primer reto a vencer es el caudillismo que tanto daño político le ha causado a nuestro país históricamente. Lo que los resultados arriba mencionados indican es que estamos entrando en un momento parteaguas en la historia electoral en nuestro país que se caracteriza, uno, por requerir coaliciones para ganar elecciones (ya sea que la izquierda encuentre una manera de ir en coalición o que se fragmente en el intento de detener al partido de más rápido crecimiento electoral) y, dos, por haber abierto una escotilla falsa a las candidaturas independientes (que muy difícilmente podrá contender contra las maquinarias partidistas y de coalición en el 2018).

Pero más allá de los partidos políticos y de sus “triunfos” del pasado domingo hay una segunda resultante que habrá que seguir de cerca: el actuar de las autoridades electorales (institutos y cortes). La mala, ineficaz, o cómplice acción de estas autoridades es el un problema fundamental en nuestro sistema político. Habrá que esperar a ver lo que sucede y habrá que estar pendientes del resultado de conteos distritales y de la calificación de las elecciones (tan sólo en el Estado de México se registraron casi doscientos casos de posibles delitos electorales en la jornada del domingo). Mientras elecciones con la enorme cantidad de irregularidades como las disputadas el domingo no sean descalificadas por las instancias judiciales, el sistema electoral mexicano seguirá preso de una corrupción legalizada que perpetúa, con razón, la incredulidad ciudadana en sus instituciones. Se requiere de medidas políticas, legales y judiciales radicales para romper con el círculo vicioso (hoy tan común) de la corrupción electoral en nuestro país. Sin estas medidas no podemos llamar a nuestro sistema político, ni siquiera de manera laxa, una democracia.


Amando Basurto Salazar

Doctor en Política por la New School for Social Research, N.Y. y Maestro en Estudios en Relaciones Internacionales por la Universidad Nacional Autónoma de México 

miércoles, junio 08, 2016

Bonita Democracia

BONITA DEMOCRACIA

Terminó la temporada electoral de este 2016 y tras una jornada de sorpresas para unos y de desencantos para otros vale la pena hacer un alto y pensar qué sucedió.
La mayor parte de la prensa anuncia esta jornada como un día de pérdida para el PRI y de ganar para el PAN, pero ¿qué hay detrás de esto? ¿De verdad ganó el PAN o la gente simplemente dice “no más”?
Llama la atención que particularmente Durango, Quintana Roo, Veracruz y Tamaulipas hayan por fin dejado al PRI detrás, después de décadas (casi nueve) de estar bajo gobierno priistas. Puede entenderse que bajo los niveles de violencia y crimen en los que viven, particularmente Veracruz y Tamaulipas, la gente decidiera probar otra opción ¿sin embargo qué opciones hay?
Parece ser que la gente votó desde el hartazgo, completamente comprensible, pero hay que preguntarse si de verdad se votó por una nueva opción, si de verdad el PAN tiene la facultad y la distinción para poder resolver estos grandes problemas que aquejan a la población de los estados que han ganado.
Cuesta trabajo entender qué propuestas se pueden plantear cuando en algunos de estos estados, como es el caso de Durango, Quintana Roo y Veracruz el PAN gana en alianza con el PRD partido que por definición y en planteamientos de agenda ha sido antagonista del PAN, si quisiéramos entenderlo como una alianza entre la derecha y la “izquierda”. ¿Cómo desde estos desencuentro lograrán acuerdos?
Quizás la gran sorpresa para el PAN es Chihuahua un estado tradicionalmente priista en donde gana con Javier Corral, un político panista que se ha caracterizado por sus constantes enfrentamientos con la propia cúpula del PAN y por en numerosas ocasiones no se ha alineado a la disciplina panista y más bien ha demostrado integridad y coherencia con los temas que ha empujado desde su trabajo como legislador. Será interesante ver qué tan íntegro se mantiene en la gubernatura y desde luego se le extrañará como legislador.
Por otro lado seguimos viendo tendencias priistas en estados que si bien ha pasado por transiciones que el PRI gane francamente no revela gran sorpresa tal es el caso de Hidalgo, Tlaxcala, Oaxaca y Sinaloa que pese a los índices de violencia, desacuerdo social, gran pobreza que anteriores gobiernos priista no han podido (o no ha querido) resolver, el voto les sigue favoreciendo.
Tenemos además el escenario de la Ciudad de México en donde la elección se caracterizó por su bajísima asistencia, sólo 30% del padrón asistió a votar. Muchos aducen la falta de información de qué se trataba la elección y lo atípico de la misma, la elección del constituyente. El resultado favorece en la elección a  Morena aunque dado el diseño de conformación del Constituyente el PRD es quien tendrá mayoría en la asamblea ¿democrático el proceso?
Qué pasa con las izquierdas en el país, cuando  Morena y PRD van separados y el PRD incluso prefiere una alianza con la derecha, que buscar un proyecto desde sus agendas con un movimiento más afín como Morena. ¿Qué hubiera pasado en Veracruz si el escenario hubiera sido una alianza del PRD-Morena y no con el PAN? Parece que el PRD no confía en su agenda, y está solo buscando la sobrevivencia electoral, sus alianzas con el PAN dan señales de no tener más propuesta ni solidez y desde luego de poca congruencia. A Morena por otro lado habrá que tenerla en el ojo dadas sus ganancias, si bien no en gubernaturas, sí lograron posicionarse de manera interesante en los congresos de Oaxaca, Veracruz y Ciudad de México, será su prueba de oro para ver qué tan opción pueden ser para quienes confían su voto rumbo al 2018 y habrá que ver que tan dispuestos o hábiles están para unir izquierdas y no irse solos, porque así me temo que poco lograrán a nivel nacional.
Otro proceso electoral más, tildándolo de democrático, pero lo cierto es que este país muestra cada día más que estamos lejos de la democracia cuando no hay verdaderas opciones que respondan a la ciudadanía. Cuando tenemos partidos aliados que tradicionalmente son antagonista; cuando el PAN se proclama ganador de algo que ni siquiera construyeron y que no queda claro que estén preparados o verdaderamente interesados para afrontar; cuando hay un PRI que gobierna al país y continúa en sus mismas prácticas sin ánimo de cambio pese al hartazgo de la ciudadanía; cuando ante la opción de dar espacio a la ciudadanía a que decida su futuro en la Ciudad de México ésta no cree en ello y los resultados le dan la razón, gana un partido que no tendrá la mayoría.
Y sobre todo esto unos legisladores que pareciera esperan las elecciones para tener moneda de cambio y que llevan meses discutiendo un urgente sistema anticorrupción como si este fuera la herramienta que les permitirá o darle el traste a sus opositores o acomodarlo a gusto para seguir en las mismas pero no generar cambios.
Y después de las elecciones ¿qué? ¿Esperar a ver si ahora sí viene un cambio? ¿Seguir sentados para tener solo como oportunidad de participación las elecciones? Bonita democracia…

– Melissa Ortiz Massó

Melissa Ortiz Massó es activista social especialista en poder legislativo, transparencia, rendición de cuentas y acceso a la información. Promotora del Parlamento y Gobierno Abierto @melamalo