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lunes, agosto 31, 2020

Una Convención Nacional Demócrata poco convencional. La nominación formal de Joe Biden

 Por Amando Basurto

De lunes a jueves de esta semana se llevó a cabo, de manera remota, la Convención Nacional Demócrata. La Convención no sólo tiene el objetivo de nombrar oficialmente a su candidato a la presidencia sino de proponer y adoptar principios y agendas que conforman la plataforma del partido durante el resto de la campaña. En ella participan los grupos de delegados electos como resultado de las elecciones primarias por estado o territorio.

El día martes se realizó el pase de lista a las delegaciones, en el que se registra la asistencia y cada una de estas emite sus votos por el o los candidatos conforme a los resultados de las primarias. Regularmente el pase de lista es monótono y soporífero; los votos obtenidos se emiten en orden alfabético y el proceso tiende a ser mera formalidad. Sin embargo, la “virtualidad” del encuentro y de la emisión de votos permitió que algo de informalidad transpirara a través y aligerara el proceso. En un tono mucho más festivo y combativo, y desde locaciones alrededor del territorio estadounidense (icónicas en su mayoría), cada delegación aprovechó su breve discurso de votación para criticar y condenar a Donald Trump y su administración.

Probablemente lo más esperado de las Convenciones Nacionales son las voces de los oradores más icónicos de cada partido. Estos discursos tienen el objetivo de enfatizar elementos clave de la agenda y programa del partido de cara a las elecciones pero, también, de convencer y movilizar a los indecisos. Los oradores destacados incluyeron a Michelle y Barack Obama, quienes enfatizaron la incapacidad de liderazgo político y moral de Donald Trump, así como el grave riesgo constitucional que su administración ha representado; a Bernie Sanders, quien refrendó su apoyo a la candidatura de Joe Biden con la intención de impulsar la agenda de su propio movimiento; y a Andrew Cuomo, gobernador de Nueva York, quien explicó que Donald Trump no había creado la división (racial-ideológica) que afectaba al país sino que, al contrario, Trump era resultado de esta.

Especial atención se debe poner al hecho que Republicanos como John Kasich (exgobernador de Ohio) y Collin Powell (exsecretario de Estado) ofrecieron discursos de crítica a la administración Trump y de apoyo a la candidatura de Biden. Los Demócratas incluso presentaron, muy estratégicamente, la declaración de un veterano de la Segunda Guerra Mundial, Ed Good, quien se dijo Republicano de por vida pero denunció a Donald Trump como el peor presidente de la historia.

El gran reto de la Convención fue equilibrar la presencia de Joe Biden y Kamala Harris. Debido a su nominación tardía hace solamente una semana, Harris había prácticamente monopolizado los reflectores mediáticos y la Convención mantuvo un importante tono de inclusión y diversidad hasta el miércoles que esta dio su discurso de aceptación acompañada de una carretada de oradoras y presentaciones que enfatizaron el hecho de que es la primer mujer afrocaribeña/indo descendiente nominada por uno de los principales partidos nacionales. El discurso de Harris fue conciso y fuerte, lleno de vivencias personales llevadas a analogías comunes y generalizables en un intento de mostrarla como representante de muchas y muchos y haciendo gala de su gran capacidad de oratoria y experiencia.

El jueves fue distinto. Frente al dinamismo y fuerza discursiva de Harris había que mostrar a un Joe Biden vital, fuerte, claro en ideas y solícito. Es frente a este reto que la Convención presentó su principal éxito. El cierre de la Convención hizo un eficaz uso de la enorme experiencia de servicio público de Joe Biden (uno de los candidatos Demócratas a la presidencia con mayor experiencia política de un partido cuyos candidatos exitosos tienden a ser estrellas en ascenso como Kennedy y Obama). La presentación de un Biden exitoso, sensible y responsable se realizó de manera impecable. 

Su discurso de aceptación de la candidatura presidencial tuvo como tema central la necesidad de proyectar luz en medio de tiempos de penumbra, definiendo la elección de noviembre como una batalla entre el bien y el mal, entre el amor y el odio; aunque las referencias político-teológicas de luz en tiempo de penumbras pueden ser muchas, me parece que la referencia más cercana de inspiración para este discurso de Biden es el discurso de Martin Luther King Jr. en diciembre de 1957 llamado “Loving your enemies” (fuente de inspiración por demás oportuna). Otro elemento central en el discurso fue la referencia al New Deal de F. D. Roosevelt (que junto con la lucha por los derechos civiles durante los años 60 conforman el núcleo ideológico del partido). 

Si algo estuvo ausente fue cualquier referencia a los trabajadores del sector del carbón, posiblemente asumiendo estados como Virginia Occidental y Kentucky como territorios perdidos (frente a la insistente referencia a los trabajadores del sector automotriz fuertemente concentrado en Michigan).

Los Demócratas saben que la elección de Biden depende de la participación masiva del electorado; también los Republicanos lo saben y ahora el balón está en su cancha, habrá que esperar para ver como intentan movilizar a su base sin reducir el nivel de abstencionismo de 2016.

Originalmente publicado en Cuestione el 21 de agosto 2020

jueves, septiembre 20, 2012

Entre Septiembre negro y la Sorpresa de Octubre

Por Miguel Ángel Valenzuela Shelley


A menos de 50 días de la elección, las campañas del Presidente Barack Obama y el ex Gobernador Mitt Romney luchan por convencer a un electorado que duda de ambos. Los estados que aún no definen el sentido de su voto y que serán –algunos de ellos- los fieles de la balanza en la elección general del martes 6 de noviembre, están siendo el centro de atención tanto de las campañas como de los distintos comités de acción política (PAC’s, Súper PAC’s y grupos 527) que operan la propaganda y la guerra sucia localmente. La campaña de Romney se encuentra inmersa en un muy oscuro septiembre negro derivado de varios desatinos –errores estratégicos, comentarios inadecuados y filtraciones- que lo coloca en un escenario cada vez más complicado frente al Presidente Obama. Sin embargo, la moneda sigue en el aire, pues ambas campañas están aún a la espera de la Sorpresa de Octubre; un acontecimiento inesperado de política interna o internacional que define la elección de último momento.

Las Convenciones Nacionales (Republicana y Demócrata) tradicional y lógicamente impulsan al candidato que acepta la nominación de su partido, volviendo a equilibrarse los números –o a las condiciones a priori aquellas- una vez realizadas ambas Convenciones. En este caso, luego de la reunión Republicana en Tampa Mitt Romney incrementó su números en las encuestas llegando incluso a superar ligera y brevemente a Barack Obama. El escenario se diluyó unos días después al llevarse a cabo el encuentro Demócrata en Charlotte. Elemento clave para el repunte del Presidente Obama no fue su discurso de aceptación, ni el emotivo mensaje de Michelle Obama, o la importante presencia de “Hollywood”, sino el discurso del ex Presidente Bill Clinton, quien convenció a los televidentes y a miles de quienes supieron del mensaje de una u otra manera, de que si bien falta mucho por hacer, el rumbo que siguen los Estados Unidos, es el adecuado.

El impacto del discurso de Bill Clinton es evidente, pues a nivel nacional los electores que consideran que el país va en la dirección correcta aumentaron de Mayo a Agosto en más del 5%. Esto ha sido clave en estados indefinidos –o swing states- y que definirán la elección, como Ohio, Florida y Virginia. En ellos, Obama ha logrado una ventaja sobre Romney de entre 5 y 8, en los tres casos. Esto es clave toda vez que entre los 3 estados suman 60 votos del Colegio electoral, y en caso de que se cumplan los resultados por estados que reflejan las encuestas, la fórmula Obama/Biden necesita 23 votos del Colegio electoral –supuestamente cuentan con 247; esto sin contar Nevada y Colorado, que comienzan a inclinarse hacia el Partido Demócrata. Esto deja ver un escenario muy complicado para la fórmula Republicana (Romney/Ryan), que poco éxito ha tenido tanto para combatir a la Administración Obama como para posicionarse en electorado y en su propio partido.

Los temas de ataque y posicionamiento de Mitt Romney fueron desde un principio la economía y la política exterior; lo que aparentemente fortalecería su compañero de fórmula (Paul Ryan). De hecho uno de los pocos temas en que Romney superaba a Obama en las encuestas a nivel nacional, era la economía; los electores percibían al ex Gobernador como mejor preparado para enfrentar las dificultades económicas. Sin embargo los entuertos no se hicieron esperar, particularmente a partir del discurso del Representante por Wisconsin, Paul Ryan, en que aceptó la candidatura a la Vicepresidencia. Pero en las últimas semanas una serie de errores, desatinos e imprudencias eliminaron la ventaja de Romney en el tema económico, e incrementaron la ventaja de Obama en política exterior.

Las propuestas Republicana en política exterior ha estado claramente influida por los neoconservadores y su enfoque Cruzado; el poder disuade, el poder es para incrementar el poder, el poder se aprovecha, el poder obliga, el poder sirve para moldear el mundo de acuerdo a las necesidades. Estas posturas han sido claras e implícitas en la plataforma de Mitt Romney, al señalar a Rusia, China, Irán y Corea del Norte, como enemigos de los Estados Unidos, siendo el poder duro y no el suave lo que debe predominar en la estrategia de política exterior de los EEUU. Pero luego de los ataques a las embajadas estadounidenses –y algunos negocios como KFC- en Inglaterra, Alemania, Siria, Egipto, Israel, Turquía, Irán, Irak, Sudán, Libia, Yemen, Afganistán, Pakistán, Líbano, Túnez, Bahrein, India, Bangladesh, Malasia e Indonesia, Romney criticó la política de Obama en la región, acusándolo o haciéndolo responsable de los ataques y las vidas perdidas en ellos. Los señalamientos del candidato presidencial del GOP –como se le conoce al Partido Republicano- fueron duramente criticados tanto por la población como diversos analistas políticos; incluso miembros del Partido Republicano, como John McCain, reprobaron el golpe bajo de Mitt Romney, subrayando que si bien la política de la Administración es cuestionable, es momento de rezar por las almas de los fallecidos y respaldar al Presidente.

Uno de los principales problemas de Romney ha sido que es percibido como un político originado en la élite económica, muy lejano a la realidad del estadounidense común; en consecuencia no conecta con el grueso del electorado. Por ello es que parte fundamental de la estrategia de campaña –lo que se estableció claramente en los discursos que le precedieron en la Convención Nacional Republicana- era crear una imagen de Mitt Romney como un ejemplo de la Promesa Americana; al menos de tercera generación. Pero el video que se filtró esta semana en que el candidato comenta en un evento de recaudación de fondos que “47% de los estadounidenses dependen del gobierno, y creen que tienen derecho a salud, educación y vivienda”, aclarando además que “ocuparse de ellos, no era su trabajo”, poco ayuda a la imagen del Romney cercano y sensible a las necesidades de la gente. A estos gazapos habría que añadir por ejemplo, las constantes quejas de importantes donadores a la Campaña Romney/Ryan, con respecto a su Coordinador de fundraising, Stu Stevens, por no atender las necesidades de los donadores. ¿A qué se referirán?

El Septiembre negro de la Campaña de Romney ha ayudado al Presidente Obama a obtener ventaja en estados indecisos que podrían definir la elección, pero falta historia por escribir; no sólo la Sorpresa de Octubre, sino los debates presidenciales que comienzan el 3 de Octubre. Los retos se acumulan para Romney; recuperar el tema económico, posicionarse en política exterior, obtener votos de minorías clave, como las mujeres y los latinos. La comunidad LGBQT y afroamericana, son misión imposible.

lunes, agosto 20, 2012

Obama-Biden y Romney-Ryan, definiendo estrategias

Por Miguel Ángel Valenzuela Shelley.


Una vez lista la fórmula Republicana (Mitt Romney, Paul Ryan) se definen con mayor claridad y precisión los temas en los que se enfrentarán las campañas, y que ayudarán a definir la elección en noviembre próximo. Asimismo, las estrategias para los debates (entre Obama y Romney, así como el que enfrentará a Biden y Ryan) y el gasto de las campañas –ya no sólo por los estados que no han definido el sentido del voto popular, llamados swinging states- así como la imagen que construyen para sí mismas y para la fórmula rival, complementan el escenario del proceso electoral estadounidense. A continuación hablaré de algunos de los retos de ambas campañas a raíz de la inclusión de Paul Ryan en la fórmula Republicana, a sólo unas semanas de sus Convenciones Nacionales; cuando ambas fórmulas aceptarán la candidatura de sus Partidos.

La elección del compañero de fórmula en una elección es fundamental, toda vez que complementa o equilibra la candidatura presidencial. Así Joe Biden contrarrestaba la falta de experiencia de Obama y su falta de conocimiento en política exterior, y Sarah Palin, alimentaba el voto femenino para John McCain, fortaleciendo la imagen de rebelde (maverick) del propio Senador por Arizona; sorprendentemente la ignorancia de la Gobernadora Palin en política internacional y doméstica, pudieron no haber sido tan determinantes, a fin de cuentas. En esta ocasión era de igual relevancia el compañero de fórmula de Mitt Romney, pues como se ha comentado el ex Gobernador de Massachusetts no lograba convencer a los sectores conservadores del Partido Republicano y tampoco a buena parte de las bases, de los electores en estados que son tradicionalmente Republicanos y que bien podrían definir la elección de noviembre. Lo que cobra mayor relevancia al considerar que los Demócratas están en una situación muy similar, pues no han asegurado estados clave para ellos, dado el desencanto con respecto a la Administración Obama (Biden).

Con la elección del Representante por Wisconsin Paul Ryan para candidato a la Vicepresidencia y compañero de fórmula de Romney, se busca asegurar el voto duro del Conservadurismo, de las bases del Partido Republicano y de miles (o millones) de jóvenes que buscan un rostro moderno para el GOP.  A Ryan se le ha presentado prácticamente como un ideólogo del Partido Republicano, y también como una pieza fundamental para el proyecto bipartidista de Mitt Romney, habiendo fungido como tal en el Comité de Presupuesto en la Cámara de Representantes. Sin embargo, el record de Ryan refleja que ni está tan interesado en el bipartidismo, ni tampoco es un joven ideólogo de la tradición conservadora. Ryan no es más que un joven que se identifica con valores e ideales del Republicanismo duro –tampoco es un líder del Tea Party- pero que no ha sido ajeno al pragmatismo legislativo. El bipartidismo no es ni un valor político de Ryan, ni una prioridad, según afirman colegas suyos tanto Republicanos como Demócratas.

Con Paul Ryan en la fórmula Republicana se busca centrar el debate en temas económicos, y particularmente en Medicare. Pero el rival directo de Ryan, Joe Biden, puede debatir sin mayor problema con el Representante por Wisconsin en esos temas, y superarlo en temas de la Administración Obama, más aún en política exterior. En 2008 un problema que enfrentó Biden en el debate con Sarah Palin, fue que debía tener cuidado de no atacar con demasiada fuerza a la Gobernadora de Alaska, pues podía verse como abusivo. Debía ganar el debate, pero no hacer ver muy mal a Palin; algo verdaderamente difícil siendo ella tan ignorante en temas muy diversos. Al enfrentar a Paul Ryan el 11 de octubre en Danville (Kentucky) el escenario será muy diferente, asimismo los retos.

En el debate entre los compañeros de fórmula de Obama y Romney, el otrora Senador Biden, podrá ser más agresivo y tendrá la capacidad de defender la Administración Obama toda vez que él (Biden) ha sido un miembro muy activo en ella. Diversos elementos del staff de la Casa Blanca afirman que el Vicepresidente participa de prácticamente todas las reuniones en que se le informa al Presidente sobre diversos temas de la Administración, como inteligencia, seguridad, política exterior y economía. De esta forma, Biden podría ser un arma fundamental para consolidar la imagen de Obama como mejor opción a Romney, en varios temas de la Agenda. Apoyando esta tesis es que diversas encuestas ubican al Presidente por encima de Mitt Romney tanto con respecto a la elección general de noviembre, como en temas específicos. Por ejemplo, una encuesta del Washington Post-ABS News, señala que en política social Obama tiene un apoyo del 47% contra 39% de Romney; en seguridad social 45 a 38; en política exterior 56 a 37; en educación 52 a 34; en salud 48 a 44; en inmigración 46 a 43; en Irán 56 a 37; en generación de empleos 46 a 45; en Medicare –fortaleza de Ryan- 46 a 27; en gasto militar 45 a 35; y en el tema Afganistán 43 a 27. En el tema impositivo están empatados en 46%, y Romney supera a Obama en economía 48 a 45, en energía –que supuestamente sería una fortaleza del Presidente- 51 a 42; y en gasto gubernamental 51 a 43.

Los debates sin duda ayudarán a perfilar el resultado de la elección, pero tal vez más importante que éstos, será el gasto de las campañas –incluidos los Political Action Comittees y otros mecanismos de financiamiento y acción política (PAC’s, Súper PAC’s y los grupos 527) todos ellos explicados en un artículo anterior- y su administración en los estados. Hasta el momento Nevada, Colorado, Iowa, New Hampshire, Wisconsin, Ohio, Virginia y Florida son estados que no están inclinados hacia ninguna candidatura –aunque es muy probable que Wisconsin vaya para los Republicanos, gracias a Paul Ryan. En consecuencia gran parte del gasto se está dirigiendo hacia estados clave como Ohio (18 votos electorales), Virginia (13) y Florida (29); Colorado (9) en menor medida. Eso explica por qué las campañas han dirigido la gran mayoría de su gasto a esos estados, y de hecho la mayor parte de ese dinero se ha dirigido a anuncios negativos –el 76% del total de publicidad es negativa.

En una próxima publicación, se hará mención del financiamiento y gasto de las campañas, identificando la fuente del financiamiento de ellos; ¿quién está aportando a cada una de ellas? ¿qué sectores? ¿qué corporaciones o grupos de interés? ¿cómo están gastando? ¿en dónde? ¿cuál es el sentido del mensaje político? Todos esto nos irá aclarando el escenario hacia noviembre.

sábado, agosto 11, 2012

Paul Ryan para Vicepresidente

Catalizador o catástrofe ideológica

Por Amando Basurto –


El día de hoy Mitt Romney anunció que el elegido para ser si compañero de fórmula en la carrera por la presidencia de los Estados Unidos de América será Paul Ryan. Como ya había mencionado Miguel Ángel Valenzuela Shelley, en su artículo del pasado miércoles, Ryan parecía ser la opción más indicada: “Paul Ryan, congresista por Wisconsin… aunque es el tercer sembrado en la corta lista de VP’s (candidatos a la vicepresidencia), podría ser la opción más indicada, toda vez que es un joven conservador del Medio Oeste, muy bien visto por el establishment republicano, pero también por jóvenes conservadores que buscan una nueva cara de dicha tradición. Es una opción que atraería votos del centro y oeste del país, complementando a los Este que pueda aportar Mitt Romney.”

Ahora el llamado “America’s Comeback Team” está completo y la campaña de Romney ha conseguido un lema claro y atractivo con un “spin” a la idea de que son las empresas y empresarios los que construyen America, no su gobierno: “We Build America”. Ryan aportará a la campaña un contenido ultraconservador y libertario, enfatizando la necesidad de reducir dramáticamente no sólo el tamaño del gobierno federal sino su poder de acción. Esto muy probablemente ayudará a Romney debido a que la campaña republicana se ha centrado en descalificar el papel de la administración Obama por la lenta recuperación de la economía. La principal tarjeta de presentación de Ryan es su trabajo ultraconservador presidiendo el Comité de Presupuesto de la Cámara de Representantes, desde donde desafió radicalmente a la administración Obama con su propuesta de reducción de presupuesto titulada “Roadmap For America’s Future Act” presentada por segunda vez y de manera exitosa en 2010, cuyo principal objetivo es des-hacer la reforma al sistema de salud que es el más escandaloso (no necesariamente el principal) logro legislativo de Obama.
Pero no todo es éxito de aquí en adelante para la campaña de la dupla RR. Ryan es un representante novato, sin experiencia real más allá de las paredes del Congreso, con muy poca capacidad de reconciliar y promover políticas bipartidistas en el Senado y con una enorme ignorancia de la política exterior estadounidense. Esto representa una ventaja, no de Barack Obama sino del Vicepresidente Joe Biden, quien tendrá que realizar un par de tete-a-tete con Ryan durante la campaña (probablemente de lo más entretenido por venir en la campaña).

Aquí unas notas sobre Paul Ryan:
-Nacido el 29 de enero de 1970 en Janesville, Wisconsin
-Tiene una licenciatura en “economía y ciencia política” por la Universidad de Miami en Ohio
-Congresista Federal, Representante del 1er Distrito de Wisconsin
-Presidente del Comité de la Cámara de Representantes

Dato curioso: En 2008 Paul Ryan ganó holgadamente su elección como Representante al mismo tiempo que Barack Obama ganaba contundentemente ese mismo Distrito.