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viernes, junio 08, 2012

Respuesta al sospechosismo sobre #YoSoy132


Comparto algunas de las críticas y/o señalamientos que se hacen con respecto al Movimiento estudiantil #YoSoy132, al cual pertenezco. Me parece, y así lo intenté, que la agenda debía ser más política (estructural) y menos anti EPN, pues con ello se eliminaría –como sucedió- la posibilidad de un debate con todos los candidatos, así como la interlocución con un probable Presidente electo. Además el impacto sería inconmensurablemente mayor si se hubiese logrado un acuerdo/compromiso de una Reforma política. Tienen razón, el Movimiento no es apartidista pues nace de un No a EPN, aunque no está claramente inclinado hacia favorecer a un candidato, sí lo está contra uno de ellos; esto anula el apartidismo. Si fuera anti sistema democracia presidencialista, anti sistema político -por ubicarlo anti algo, lo que no es indispensable- sería apartidista, y la cuestión es que EPN en este momento representa precisamente un sistema político con el que no se está de acuerdo, pero los demás también; Enriqye Peña Nieto (EPN) representa la impunidad que parece caracterizar -en buena medida, pero únicamente- al PRI. Esta "personalización" del Movimiento se explica porque éste surge de aquél de la Ibero, por y en condiciones muy específicas.

Creo que el Movimiento debió buscar compromisos para una Reforma política que abra espacios en la toma de decisiones políticas y gubernamentales -referéndum, plebiscito, revocación de mandato, rendición de cuentas- a fin de trascender el 1o de julio e impactar en la estructura política, transitando hacia una democracia mixta. Pero no se decidió así en las Asambleas; en todo caso, le dieron un segundo lugar a esas cuestiones. Me parece que el #YoSoy132 no pudo o no supo leer su impacto coyuntural, amén de su probable permanencia, en cuyo caso estaría por verse qué peso político-social representaría. El peso en las primeras dos o tres semanas era un hecho, y tenía la capacidad de sentar a negociar a casi cualquier fuerza política –recordemos que el Senado le abrió las puertas del recinto legislativo, lo que fue ignorado. Ahora es una incógnita.

Las críticas y sospechas mencionan la falta de capacidad de autocrítica; de ello no estoy del todo convencido. En la UNAM, sección a la que pertenezco, hay muchas constantes discusiones de diversos temas, en ellas se critican algunas cuestiones y decisiones del Movimiento. Creo que parte de la intolerancia de la que es acusado el #YoSoy132 -en unos momentos hablaré de los errados conceptos- viene porque el Movimiento ha sido más que cuestionado atacado, en muchas ocasiones sin fundamentos, y le estamos endilgando a los jóvenes una responsabilidad que no deberían tener, al menos no sólo ellos. En vez de apoyarlos, también en las calles, sólo lo hacemos en facebook o twitter cuando no se les critica. Las batallas sólo, te ponen muy a la defensiva. Recordemos que es un Movimiento muy joven, y que en únicamente pocos días tuvieron que "evolucionar" de 131 jóvenes en la Universidad Iberoamericana a un Movimiento estudiantil de más de 50 centros de estudio, con una Agenda mucho más amplia que "Sí somos universitarios y no manipulados"...Qué bueno que muchos de sus críticos apoyen o simpaticen con Movimientos estudiantiles y sociales de otras latitudes, ellos también tuvieron y tienen sus problemas, fallas, deficiencias, pero aún así fueron apoyados, ya que el hartazgo era generalizado...pregúntenle a los egipcios.

Por último, sólo quisiera señalar algo que de alguna manera sigue preocupándome y -hasta cierto punto- extrañándome. Me refiero a la mala comprensión y en consecuencia utilización de algunos conceptos clave, tales como tolerancia y aún más democracia. Tolerancia tiene más que ver con inequidad que con equidad, me explico. Cuando uno tolera, se ubica por encima del otro ya sea moral, ideológica, racial o intelectualmente; la cuestión es de derechos, no tolerancia. El Otro tiene el derecho de disentir y expresarlo, estoy obligado a reconocer y aceptar su diferencia, no a tolerarla. El Movimiento de derechos civiles por afroamericanos (EEUU) o el Movimiento feminista, no buscaron -o buscan- tolerancia, sino equidad, derechos.

Por otra parte, se maneja democracia como sinónimo de democracia liberal, y no son lo mismo. No señalaré por qué ambos pueden ser hasta antitéticos, esa es una discusión teórica que no tiene sentido establecer en este momento, pero sí por qué uno es distinto de otro en aspectos elementales, y que esta "confusión" genera lecturas erróneas e incomprensión de escenarios y estrategias. Hace un par de semanas escuché que el coordinador de campaña de Josefina Vázquez Mota (JVM) afirmaba que "un demócrata no puede estar a favor o justificar la violencia como instrumento de la política" -palabras más o menos; argüir tal cosa demuestra una gran confusión o ignorancia, y señalamientos similares he escuchado en diversos ámbitos. Democracia es el gobierno del pueblo -y eso en una concepción matizada y modernizada, pues en un principio era la perversión de la República- sustituyendo mecanismos o gobiernos cerrados, y para que se diera un cambio en ellos -mecanismos y gobierno- era indispensable -no sé si la conjugación sea correcta, eso espero- un movimiento político en las calles, por lo regular violento. Abrir espacios de poder, de toma de decisión, no es fácil y por lo regular carece de vías legales e institucionales; la historia nos ha enseñado eso. Por tanto, un demócrata no puede estar contra la utilización de la violencia como una herramienta legítima, si bien NO deseable, de la política. No es lo mismo a ser apólogo de la violencia; nadie, en su sano juicio, puede serlo. Al menos no per se.

La democracia liberal, es sólo un tipo de democracia, aunque no lo crean no es la única. Esta sí supone un dominio del marco jurídico sobre el político, lo que es cuestionable desde un punto de vista teórico e inclusive práctico; las elecciones dudosas de 2006 así lo ejemplifican. Aclaro, en aquella elección anulé mi voto, pero yo no sé quién ganó y me hubiera gustado saberlo. La elección fue cuestionable, eso es indiscutible. En la democracia liberal el poder de los ciudadanos se limita a la representación -a cargo de los partidos políticos- y ahí se da la discusión; ahí se expresa el pluralismo. Por cierto, ¿cómo logran acuerdo visiones alternas y/o antitéticas? ¿Cómo se toman decisiones en el Congreso? Por votación, ¿cierto? Esas son matemáticas, no racionalidad, si acaso razonabilidad, no son los mismo.

P. S.
Uno de los más recientes ataques o sospechas sobre #YoSoy132, señala la relación entre el Movimiento y Carlos Slim - Andrés Manuel López Obrador (AMLO). La relación sospechosista es la siguiente: Carlos Slim es cercano a AMLO, Miguel Torruco –empresario turístico y una persona influyente en el medio- es cercano a AMLO, Slim y Torruco son consuegros, otro de los hijos de Torruco (al parecer esa es la relación) es estudiante de la Ibero, y líder –como se señala es la acusación sospechosista- del #YoSoy132. La misma acusación se pregunta ¿en dónde estaban los maestros y autoridades de la Ibero, que permitieron faltas de respeto y agresiones a EPN? El blog que promovió esto, también afirma que es la primera vez que se cuestiona a un candidato de esta manera, señala que no era necesario tanto Movimiento, pues con el simple voto se expresa al sentir popular. A esto respondo de la siguiente manera:

1.     El movimiento estudiantil #YoSoy132 no tiene líderes, es algo que no pueden comprender quienes no han estado en uno. El Movimiento estudiantil del 68, no tenía líderes, sino representantes; este es el mismo caso. ¿Cómo podría un muchacho controlar o influir, manipular, etc., a más de 54 centros de estudios de toda la República? Las expresiones de la Ibero, fueron organizadas, no orquestadas. Y si buscáramos relaciones consanguíneas de políticos o de la élite del poder, encontraríamos un sin fin de complots globales.
2.     Las Universidades son foros abiertos de expresión, discusión, debate, o eso deberían ser. Los candidatos no están al margen de ello, ni deben estarlo. No están por encima de nada, ni de nadie. Son, a fin de cuentas, nuestros empleados, nuestros servidores públicos. Los maestros y autoridades universitarias no deben limitar ni coartar la libertad de expresión; eso fueron, expresiones. Ni siquiera fueron mentiras.
3.     Claro que otros candidatos han sido cuestionados o “agredidos”, tal vez peor que a EPN en la Ibero; Diego Fernández de Cevallos o Francisco Labastida Ochoa, son ejemplos claros de ello.
4.     El voto popular es una forma de expresar una opinión política, pero lejos está de ser la única, aún en tiempos electorales. El pueblo es actor político cuando se convierte en legislador o cuando sale a la calle; eso dicen algunos teóricos de la política, no es sólo mi opinión. Decir que el pueblo debe expresarse sólo en las urnas es una visión muy estrecha de la dinámica político-social o muy manipuladora y temerosa.

Finalmente, para quienes dudan del peso de los medios de comunicación, los Medios no pueden imponer un candidato o presidente, pero pueden influir determinantemente en ambos casos, creer que no tienen esa capacidad, es una opción, pero es falsa. Casos hay muchos en la historia; pueden preguntarle al propio Al Gore.

viernes, junio 01, 2012

Se consolida #YoSoy132 y trasciende posturas iniciales

Por Miguel Ángel Valenzuela Shelley

El pasado miércoles 30 de mayo en Ciudad Universitaria se realizó la Primera Asamblea del Movimiento #YoSoy132, reuniendo a 54 universidades del país, públicas y privadas, logrando una participación de más de 6,500 personas; como es de suponer muchas de ellas no pudieron desplazarse a la Ciudad de México, pero continúan articulándose a través de la Internet. Este paso era fundamental para la consolidación del Movimiento y su posible y –definitivamente- deseable trascendencia política, al expresar el descontento generalizado y dirigirlo a puntos que impacten la estructura democrática mexicana, así como las condiciones en que ella de desarrolla.

En la Asamblea #YoSoy132 definió que es un movimiento político y apartidista, incluyente, plural y pacífico. Esto fue uno de los principales e incluso polémicos acuerdos, ya que a cinco semanas de la elección y ante un claro –y ya reconocido- desplazamiento de las preferencias electorales, en buena medida por el propio Movimiento,  debía aclarar y/o definir si seguiría sin apoyar tácitamente a un candidato o hacerlo. Existen diversas críticas, evidentemente priístas en su mayoría, que señalan que no es apartidista toda vez que si bien no apoyan claramente a un candidato –aunque sobresalen pancartas de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en las marchas, arguyen- sí son anti Enrique Peña Nieto (EPN), y eso diluye su apartidismo. Lo que parecen no entender estos críticos, es que EPN representa un sistema, una élite del poder, una clase política, que rechazan los estudiantes –y me atrevería a asegurar, millones de personas en el país representadas por estos jóvenes, por #YoSoy132- cosa que se aclara en el comunicado de la Asamblea, aunque ya podía adivinarse. Mismo caso parece sufrir el columnista Ricardo Alemán, quien se pregunta ¿quién paga este movimiento? ¿quién está detrás? Detrás, señor Alemán, están la indignación y el hartazgo de muchos años; menuda carga le hemos heredado a estos muchachos. En consecuencia, la sociedad –y principalmente- los profesores universitarios debemos estar con ellos, pero no sólo en las redes sociales.

Mantenerse como apartidista fortalece al propio Movimiento, pero lo que logra su posibilidad de trascender la coyuntura es la ampliación de objetivos políticos en y al margen de la coyuntura electoral. En ese sentido la Asamblea estableció su identidad política al estar en contra de la manipulación y las imposición mediáticas que pretenden restaurar el viejo régimen; señalar el autoritarismo, violencia de Estado y opacidad en la toma de decisiones y otras prácticas antidemocráticas del régimen priísta. En lo referente a la coyuntura electoral, #YoSoy132 hizo un llamado a la participación ciudadana –allende el IFE, dada su limitada credibilidad- para garantizar un proceso limpio, sin sospechosismos. Pide un código de ética para los medios de comunicación, vigilado por (y con la creación de) un Ombudsman.

El Movimiento también definió su Agenda post electoral, concentrándose en la relación entre medios de comunicación y procesos democráticos, transparencia y rendición de cuentas, política educativa, salud y ciencia tecnología. En estos temas hay cuestiones importantes como gratuidad de la educación, erradicar el analfabetismo, incremento del presupuesto a ciencia y tecnología, divulgación científica y la creación de una Secretaría que atienda precisamente dicha área. Sin embargo, me parece que #YoSoy132 debió ser más incisivo en una Reforma política que abriera espacios en la toma de decisiones políticas y gubernamentales (referéndum, plebiscito, revocación de mandato). Con ellas, se atacaría la concentración de poder y se comenzaría a construir un nuevo modelo democrático, una nueva relación entre representantes y representados; menor poder para el gobernante, mayor responsabilidad para la ciudadanía.

Las resoluciones ahora se votarán en cada universidad y el próxima Martes 5 de junio se comunicarán las resoluciones finales de #YoSoy132. Pero la tarea pendiente para quienes deseamos dar un paso más en la transformación de este país, es apoyar al Movimiento, también con críticas y señalamientos, pero no sólo apoyarlo con un like de Facebook.

Creo que #YoSoy132, es la tinta roja que está expresando nuestro descontento.

P. S. Quien esto escribe es parte del Movimiento.

martes, mayo 29, 2012

Breves consideraciones sobre el movimiento #YoSoy132


Las movilizaciones estudiantiles siempre tienen dinámicas complejas porque incluyen una diversidad educada y poco estandarizada de individuos. Aglutinan, por consecuencia, una serie de cosmovisiones que reflejan no sólo diferentes percepciones políticas sino también divergentes posiciones socioeconómicas; esto genera el debate y las fricciones que hacen de estos movimientos expresiones ejemplares de acción política. Su riqueza es, sin embargo, también su “Talón de Aquiles”. Es por ello que el primer y más grande reto que los estudiantes que participan de estas movilizaciones enfrentan es la articulación de una agenda y un discurso compactos, precisos, coherentes y realizables. A su vez, el movimiento debe esquivar el cortoplacismo y evitar caer en la irrelevancia, proponiéndose objetivos que verdaderamente promuevan cambios estructurales en el sistema político y no simplemente mejores condiciones para la perpetuación de la partidocracia mexicana.

Es por ello que la Primera Asamblea Universitaria, convocada para el día de mañana en Ciudad Universitaria, es fundamental en el futuro inmediato del movimiento. Los estudiantes tendrán que consolidar la agenda y la estrategia inicial del movimiento con la intención de generar la inercia que le permita trascender la coyuntura electoral. Y es que, muy probablemente, el peor de los contextos para realizar una movilización estudiantil –que tienden a ser apartidistas en lo general– es precisamente un año electoral. El ruido de las campañas políticas, el ánimo partidario encendido y el cierre de las agendas legislativas limitan mucho el espacio de acción. El pesado condicionamiento del contexto ya es evidente: primero en la exigencia de una “democratización” de los medios sólo puede conducir a una banal liberalización de los mismos que no atiende los problemas de reproducción masiva de ignorancia y mediocridad; y segundo en la demanda –como ya lo hicieron ante la Secretaría de Gobernación haciendo gala de civilidad– de la transmisión del segundo debate presidencial del 10 de junio en cadena nacional terminará llevando la desinformación demagógica (que ya apreciamos en el primero de los debates) a “todos” los hogares. Que Televisa programe la transmisión del segundo debate en el Canal 2 –probablemente el canal con mayor alcance a nivel nacional– no puede ser visto como un “triunfo” del movimiento cuando en realidad es una clara señal de la irrelevancia e inocuidad del debate mismo y de su transmisión.

Ojalá los universitarios encuentren la manera de hacerse escuchar y sentir por la clase política nacional con mucha claridad y fuerza. Ojalá también logren despejar los fantasmas de ayer y hoy que intentan endilgarles “santitos” y “muertitos” que no les corresponden; es imprescindible iniciar toda movilización política con clara memoria y un muy liviano lastre políticos. El futuro y el alcance del movimiento está, y debe permanecer, solamente en manos de los estudiantes.