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jueves, septiembre 20, 2012

Entre Septiembre negro y la Sorpresa de Octubre

Por Miguel Ángel Valenzuela Shelley


A menos de 50 días de la elección, las campañas del Presidente Barack Obama y el ex Gobernador Mitt Romney luchan por convencer a un electorado que duda de ambos. Los estados que aún no definen el sentido de su voto y que serán –algunos de ellos- los fieles de la balanza en la elección general del martes 6 de noviembre, están siendo el centro de atención tanto de las campañas como de los distintos comités de acción política (PAC’s, Súper PAC’s y grupos 527) que operan la propaganda y la guerra sucia localmente. La campaña de Romney se encuentra inmersa en un muy oscuro septiembre negro derivado de varios desatinos –errores estratégicos, comentarios inadecuados y filtraciones- que lo coloca en un escenario cada vez más complicado frente al Presidente Obama. Sin embargo, la moneda sigue en el aire, pues ambas campañas están aún a la espera de la Sorpresa de Octubre; un acontecimiento inesperado de política interna o internacional que define la elección de último momento.

Las Convenciones Nacionales (Republicana y Demócrata) tradicional y lógicamente impulsan al candidato que acepta la nominación de su partido, volviendo a equilibrarse los números –o a las condiciones a priori aquellas- una vez realizadas ambas Convenciones. En este caso, luego de la reunión Republicana en Tampa Mitt Romney incrementó su números en las encuestas llegando incluso a superar ligera y brevemente a Barack Obama. El escenario se diluyó unos días después al llevarse a cabo el encuentro Demócrata en Charlotte. Elemento clave para el repunte del Presidente Obama no fue su discurso de aceptación, ni el emotivo mensaje de Michelle Obama, o la importante presencia de “Hollywood”, sino el discurso del ex Presidente Bill Clinton, quien convenció a los televidentes y a miles de quienes supieron del mensaje de una u otra manera, de que si bien falta mucho por hacer, el rumbo que siguen los Estados Unidos, es el adecuado.

El impacto del discurso de Bill Clinton es evidente, pues a nivel nacional los electores que consideran que el país va en la dirección correcta aumentaron de Mayo a Agosto en más del 5%. Esto ha sido clave en estados indefinidos –o swing states- y que definirán la elección, como Ohio, Florida y Virginia. En ellos, Obama ha logrado una ventaja sobre Romney de entre 5 y 8, en los tres casos. Esto es clave toda vez que entre los 3 estados suman 60 votos del Colegio electoral, y en caso de que se cumplan los resultados por estados que reflejan las encuestas, la fórmula Obama/Biden necesita 23 votos del Colegio electoral –supuestamente cuentan con 247; esto sin contar Nevada y Colorado, que comienzan a inclinarse hacia el Partido Demócrata. Esto deja ver un escenario muy complicado para la fórmula Republicana (Romney/Ryan), que poco éxito ha tenido tanto para combatir a la Administración Obama como para posicionarse en electorado y en su propio partido.

Los temas de ataque y posicionamiento de Mitt Romney fueron desde un principio la economía y la política exterior; lo que aparentemente fortalecería su compañero de fórmula (Paul Ryan). De hecho uno de los pocos temas en que Romney superaba a Obama en las encuestas a nivel nacional, era la economía; los electores percibían al ex Gobernador como mejor preparado para enfrentar las dificultades económicas. Sin embargo los entuertos no se hicieron esperar, particularmente a partir del discurso del Representante por Wisconsin, Paul Ryan, en que aceptó la candidatura a la Vicepresidencia. Pero en las últimas semanas una serie de errores, desatinos e imprudencias eliminaron la ventaja de Romney en el tema económico, e incrementaron la ventaja de Obama en política exterior.

Las propuestas Republicana en política exterior ha estado claramente influida por los neoconservadores y su enfoque Cruzado; el poder disuade, el poder es para incrementar el poder, el poder se aprovecha, el poder obliga, el poder sirve para moldear el mundo de acuerdo a las necesidades. Estas posturas han sido claras e implícitas en la plataforma de Mitt Romney, al señalar a Rusia, China, Irán y Corea del Norte, como enemigos de los Estados Unidos, siendo el poder duro y no el suave lo que debe predominar en la estrategia de política exterior de los EEUU. Pero luego de los ataques a las embajadas estadounidenses –y algunos negocios como KFC- en Inglaterra, Alemania, Siria, Egipto, Israel, Turquía, Irán, Irak, Sudán, Libia, Yemen, Afganistán, Pakistán, Líbano, Túnez, Bahrein, India, Bangladesh, Malasia e Indonesia, Romney criticó la política de Obama en la región, acusándolo o haciéndolo responsable de los ataques y las vidas perdidas en ellos. Los señalamientos del candidato presidencial del GOP –como se le conoce al Partido Republicano- fueron duramente criticados tanto por la población como diversos analistas políticos; incluso miembros del Partido Republicano, como John McCain, reprobaron el golpe bajo de Mitt Romney, subrayando que si bien la política de la Administración es cuestionable, es momento de rezar por las almas de los fallecidos y respaldar al Presidente.

Uno de los principales problemas de Romney ha sido que es percibido como un político originado en la élite económica, muy lejano a la realidad del estadounidense común; en consecuencia no conecta con el grueso del electorado. Por ello es que parte fundamental de la estrategia de campaña –lo que se estableció claramente en los discursos que le precedieron en la Convención Nacional Republicana- era crear una imagen de Mitt Romney como un ejemplo de la Promesa Americana; al menos de tercera generación. Pero el video que se filtró esta semana en que el candidato comenta en un evento de recaudación de fondos que “47% de los estadounidenses dependen del gobierno, y creen que tienen derecho a salud, educación y vivienda”, aclarando además que “ocuparse de ellos, no era su trabajo”, poco ayuda a la imagen del Romney cercano y sensible a las necesidades de la gente. A estos gazapos habría que añadir por ejemplo, las constantes quejas de importantes donadores a la Campaña Romney/Ryan, con respecto a su Coordinador de fundraising, Stu Stevens, por no atender las necesidades de los donadores. ¿A qué se referirán?

El Septiembre negro de la Campaña de Romney ha ayudado al Presidente Obama a obtener ventaja en estados indecisos que podrían definir la elección, pero falta historia por escribir; no sólo la Sorpresa de Octubre, sino los debates presidenciales que comienzan el 3 de Octubre. Los retos se acumulan para Romney; recuperar el tema económico, posicionarse en política exterior, obtener votos de minorías clave, como las mujeres y los latinos. La comunidad LGBQT y afroamericana, son misión imposible.

lunes, agosto 20, 2012

Obama-Biden y Romney-Ryan, definiendo estrategias

Por Miguel Ángel Valenzuela Shelley.


Una vez lista la fórmula Republicana (Mitt Romney, Paul Ryan) se definen con mayor claridad y precisión los temas en los que se enfrentarán las campañas, y que ayudarán a definir la elección en noviembre próximo. Asimismo, las estrategias para los debates (entre Obama y Romney, así como el que enfrentará a Biden y Ryan) y el gasto de las campañas –ya no sólo por los estados que no han definido el sentido del voto popular, llamados swinging states- así como la imagen que construyen para sí mismas y para la fórmula rival, complementan el escenario del proceso electoral estadounidense. A continuación hablaré de algunos de los retos de ambas campañas a raíz de la inclusión de Paul Ryan en la fórmula Republicana, a sólo unas semanas de sus Convenciones Nacionales; cuando ambas fórmulas aceptarán la candidatura de sus Partidos.

La elección del compañero de fórmula en una elección es fundamental, toda vez que complementa o equilibra la candidatura presidencial. Así Joe Biden contrarrestaba la falta de experiencia de Obama y su falta de conocimiento en política exterior, y Sarah Palin, alimentaba el voto femenino para John McCain, fortaleciendo la imagen de rebelde (maverick) del propio Senador por Arizona; sorprendentemente la ignorancia de la Gobernadora Palin en política internacional y doméstica, pudieron no haber sido tan determinantes, a fin de cuentas. En esta ocasión era de igual relevancia el compañero de fórmula de Mitt Romney, pues como se ha comentado el ex Gobernador de Massachusetts no lograba convencer a los sectores conservadores del Partido Republicano y tampoco a buena parte de las bases, de los electores en estados que son tradicionalmente Republicanos y que bien podrían definir la elección de noviembre. Lo que cobra mayor relevancia al considerar que los Demócratas están en una situación muy similar, pues no han asegurado estados clave para ellos, dado el desencanto con respecto a la Administración Obama (Biden).

Con la elección del Representante por Wisconsin Paul Ryan para candidato a la Vicepresidencia y compañero de fórmula de Romney, se busca asegurar el voto duro del Conservadurismo, de las bases del Partido Republicano y de miles (o millones) de jóvenes que buscan un rostro moderno para el GOP.  A Ryan se le ha presentado prácticamente como un ideólogo del Partido Republicano, y también como una pieza fundamental para el proyecto bipartidista de Mitt Romney, habiendo fungido como tal en el Comité de Presupuesto en la Cámara de Representantes. Sin embargo, el record de Ryan refleja que ni está tan interesado en el bipartidismo, ni tampoco es un joven ideólogo de la tradición conservadora. Ryan no es más que un joven que se identifica con valores e ideales del Republicanismo duro –tampoco es un líder del Tea Party- pero que no ha sido ajeno al pragmatismo legislativo. El bipartidismo no es ni un valor político de Ryan, ni una prioridad, según afirman colegas suyos tanto Republicanos como Demócratas.

Con Paul Ryan en la fórmula Republicana se busca centrar el debate en temas económicos, y particularmente en Medicare. Pero el rival directo de Ryan, Joe Biden, puede debatir sin mayor problema con el Representante por Wisconsin en esos temas, y superarlo en temas de la Administración Obama, más aún en política exterior. En 2008 un problema que enfrentó Biden en el debate con Sarah Palin, fue que debía tener cuidado de no atacar con demasiada fuerza a la Gobernadora de Alaska, pues podía verse como abusivo. Debía ganar el debate, pero no hacer ver muy mal a Palin; algo verdaderamente difícil siendo ella tan ignorante en temas muy diversos. Al enfrentar a Paul Ryan el 11 de octubre en Danville (Kentucky) el escenario será muy diferente, asimismo los retos.

En el debate entre los compañeros de fórmula de Obama y Romney, el otrora Senador Biden, podrá ser más agresivo y tendrá la capacidad de defender la Administración Obama toda vez que él (Biden) ha sido un miembro muy activo en ella. Diversos elementos del staff de la Casa Blanca afirman que el Vicepresidente participa de prácticamente todas las reuniones en que se le informa al Presidente sobre diversos temas de la Administración, como inteligencia, seguridad, política exterior y economía. De esta forma, Biden podría ser un arma fundamental para consolidar la imagen de Obama como mejor opción a Romney, en varios temas de la Agenda. Apoyando esta tesis es que diversas encuestas ubican al Presidente por encima de Mitt Romney tanto con respecto a la elección general de noviembre, como en temas específicos. Por ejemplo, una encuesta del Washington Post-ABS News, señala que en política social Obama tiene un apoyo del 47% contra 39% de Romney; en seguridad social 45 a 38; en política exterior 56 a 37; en educación 52 a 34; en salud 48 a 44; en inmigración 46 a 43; en Irán 56 a 37; en generación de empleos 46 a 45; en Medicare –fortaleza de Ryan- 46 a 27; en gasto militar 45 a 35; y en el tema Afganistán 43 a 27. En el tema impositivo están empatados en 46%, y Romney supera a Obama en economía 48 a 45, en energía –que supuestamente sería una fortaleza del Presidente- 51 a 42; y en gasto gubernamental 51 a 43.

Los debates sin duda ayudarán a perfilar el resultado de la elección, pero tal vez más importante que éstos, será el gasto de las campañas –incluidos los Political Action Comittees y otros mecanismos de financiamiento y acción política (PAC’s, Súper PAC’s y los grupos 527) todos ellos explicados en un artículo anterior- y su administración en los estados. Hasta el momento Nevada, Colorado, Iowa, New Hampshire, Wisconsin, Ohio, Virginia y Florida son estados que no están inclinados hacia ninguna candidatura –aunque es muy probable que Wisconsin vaya para los Republicanos, gracias a Paul Ryan. En consecuencia gran parte del gasto se está dirigiendo hacia estados clave como Ohio (18 votos electorales), Virginia (13) y Florida (29); Colorado (9) en menor medida. Eso explica por qué las campañas han dirigido la gran mayoría de su gasto a esos estados, y de hecho la mayor parte de ese dinero se ha dirigido a anuncios negativos –el 76% del total de publicidad es negativa.

En una próxima publicación, se hará mención del financiamiento y gasto de las campañas, identificando la fuente del financiamiento de ellos; ¿quién está aportando a cada una de ellas? ¿qué sectores? ¿qué corporaciones o grupos de interés? ¿cómo están gastando? ¿en dónde? ¿cuál es el sentido del mensaje político? Todos esto nos irá aclarando el escenario hacia noviembre.

miércoles, agosto 08, 2012

Mitt Romney y algunos temas que pueden definir la elección

(Política exterior, financiamiento y compañero de fórmula)

Por Miguel Ángel Valenzuela Shelley


A semanas de la Convención Nacional Republicana, que se realizará el 27 de agosto en Tampa (Florida), y en la cual el Grand Old Party (o Gallant Old Party, GOP, como también se le conoce al Partido Republicano) elegirá a sus candidatos a la Presidencia y Vicepresidencia de los Estados Unidos, el otrora gobernador de Massachusetts y virtual candidato –Mitt Romney- no convence a amplios sectores del electorado, incluidos republicanos. Sus desatinos en la gira por Europa y Medio Oriente, su cuestionado plan económico y su constante chaqueteo ideológico –lo que ha sido motivo de constantes parodias en diversos medios estadounidenses- han contribuido a la accidentada campaña de Romney; no obstante, no evitaron que lograra recaudar mucho más dinero que la campaña de reelección del Barack Obama en los últimos tres meses. La limitada fuerza de Romney al interior del conservadurismo sin duda inclinará la balanza en la elección del compañero de fórmula del ex Gobernador.

Aunque la elección se definirá por el tema económico, la campaña de Romney ha enfocado buena parte de sus baterías a consolidar el perfil de mano dura del ex gobernador. La principal crítica al Presidente Obama, ha sido la tibieza con que lleva su política exterior y el consecuente debilitamiento de los Estados Unidos en la arena internacional. Romney ha sostenido –así como asesores y coordinadores de campaña, como Mitchell Reiss, Alex Wong  y Dan Senor- que la política exterior de EEUU debe ser mucho más agresiva, intervencionista, y poco flexible ante rough states como Irán, Siria o Corea del Norte. Incluso han mencionado que Washington debe abandonar su rol de mediador en el conflicto Israel-Palestino y volver a ser un claro aliado de Israel. La intención electoral es evidente. La plataforma de Romney incluye un endurecimiento hacia Rusia y China, con respecto a su democracia, transparencia y apertura, así como disminuir el papel de la OTAN en la seguridad regional e incrementar el de EEUU.

Estas declaraciones, y en general la plataforma en política exterior del ex Gobernador, parecen indicar que están en una lógica distinta a las condiciones del mundo actual. Incluso algunos republicanos expertos en política internacional, han criticado el enfoque bipolar –me refiero al orden de Guerra fría, supongo que también los republicanos- con que Romney y sus asesores han articulado su estrategia de política exterior. Parte del problema puede obedecer a que el numeroso equipo de asesores en la materia no están definiendo el tema, sino sus más cercanos colaboradores, Kerry Healey y James M. Talent, quienes no son expertos en política internacional. No obstante, otros cercanos asesores de Mitt Romney y que también podrían explicar el perfil de su política exterior, son Eric Edelman (Subsecretario de Defensa con G. W. Bush), Rich Williamson (que tuviera diversos puestos en política exterior con Ronald Reagan y G. W. Bush), y los mencionados Reiss, Wong y Senor, éste último vocero durante la ocupación en Irak.

Un aspecto fundamental en las campañas, amén de los temas decisivos –economía principalmente- es la recaudación, el financiamiento que logren las campañas. Eso determina en buena medida la estrategia de campaña; en 2008 los asesores de Obama decidieron “pelear” los estados que eran claramente republicanos, no con la intención de ganar, sino de obligar a la campaña de McCain a gastar en estados en los que no tenía pensado hacerlo. Con ello minaron la capacidad de los republicanos para invertir y así disputar estados no decididos (swinging states). En esta ocasión la recaudación de las campañas bien podría ser decisiva, así como los mecanismos ya explicados en otro artículo (PAC’s, Súper PAC’S y grupos 527). Al respecto el sitio de internet Open Secrets ha reportado que la campaña del Presidente Obama ha recaudado 575 millones de dólares (mdd) y la de Romney 279 mdd. Habiendo gastado a fines de julio ambas campañas, 400 y 205 mdd, respectivamente. No obstante la diferencia entre ambas campañas, los republicanos han superado a los demócratas en mayo, junio y julio, y son quienes han gastado más, por lo que será interesante ver cómo administran sus recursos en los últimos tres meses de la elección.

Por otro lado, quién complete la fórmula republicana, es decir, quién sea invitado como el candidato a la Vicepresidencia de los EEUU –acompañando a Mitt Romney- será un factor que contribuya a la definición de la elección general en noviembre; así como ayudó a definir aquella de 2008 cuando John McCain eligió a Sarah Palin. La lista parece acortarse, de acuerdo a medios como The Washington Post y Weekly Standard, a tres fuertes candidatos: el senador por Ohio, Rob Portman, el ex gobernador de Minnesota, Tim Pawlenty, y Paul Ryan, congresista por Wisconsin. Ryan, aunque es el tercer sembrado en la corta lista de VP’s (candidatos a la vicepresidencia), podría ser la opción más indicada, toda vez que es un joven conservador del Medio Oeste, muy bien visto por el establishment republicano, pero también por jóvenes conservadores que buscan una nueva cara de dicha tradición. Es una opción que atraería votos del centro y oeste del país, complementando a los Este que pueda aportar Mitt Romney. La moneda por la elección del compañero de fórmula sigue en el aire, pero en una semana o menos, la decisión estará tomada y podría inclinar una balanza, que hasta el momento está sumamente equilibrada.