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lunes, abril 18, 2016

La revolución política de Bernie Sanders

Por Amando Basurto –

Mañana se llevará a cabo le elección primaria del Partido Demócrata en el estado de Nueva York y será un evento políticamente relevante por el simple hecho que en ella se enfrentan un nativo de Brooklyn aunque con trayectoria política en Vermont – Bernie Sanders– y una hija pródiga adoptiva y exSenadora por Nueva York –Hillary Clinton. Una victoria por amplia mayoría de Sanders en NY pondría en muy serios aprietos la nominación de Clinton. Es importante resaltar el elemento de “amplia mayoría” porque ganar la elección por un margen reducido no es suficiente en Estados en los que los delegados se asignan proporcionalmente (por ejemplo, la última victoria de Sanders se dio en Wyoming en donde obtuvo el 55% de los votos por lo que los 14 delegados en juego se dividieron siete para él y siete para Clinton). Sin embargo, estos triunfos tienen un gran valor propagandístico y permiten que la campaña de Sanders mantenga viva las esperanzas de alcanzar y rebasar a Clinton en la cantidad de delegados comprometidos.

¿Pero quién es Sanders, qué representa su desafío al oficialismo demócrata y cuáles son los límites de su proyecto? Bernie Sanders es Senador por el estado de Vermont con una vibrante carrera política como independiente. La mayor parte de su trabajo político la ha realizado a nivel local; fue alcalde de la ciudad de Burlington (1981-1989) y después legislador estatal (1991-2007). Desde 2008 se desempeña como Senador por el estado de Vermont. Todos estos puestos de elección popular los ha obtenido participando como “Independiente” en un estado que ha sido dominado históricamente por el Partido Republicano. Su ascendente carrera política ha sido caracterizada por un consistente discurso en contra del oficialismo partidista y de la colusión entre los gobiernos estatales y federal con las grandes corporaciones. También ha sido muy consistente en la promoción de ampliar las coberturas públicas de salud, educación y desempleo.

Bernie Sanders es un significativo heredero de la tradición “progresista” estadounidense de finales del siglo 19 que abanderó la lucha en contra del poder económico y político de los grandes monopolios. Woodrow Wilson, una versión desradicalizada y tardía de aquel progresismo ganó las elecciones presidenciales de 1912. Las comparaciones personales son odiosas y por ello no haré una aquí, especialmente porque en vez de pensar en las posibles disimilitudes entre Wilson y Sanders habría que analizar seriamente las similitudes entre las condiciones de alta concentración de capital y riqueza a finales del siglo 19 (características de la gran depresión de 1873 y sus efectos) y las de principios del siglo 21. Sería realmente irónico que Sanders ganase la nominación y las elecciones de noviembre como Woodrow Wilson lo hizo en 1912, es decir, aprovechando un escisión en el Partido Republicano.

Sanders ha concentrado sus ataques a la campaña de Hillary Clinton en dos frentes: el primero, el más consistente, ha sido el señalamiento de la cercanía de la candidata con grandes intereses económicos y financieros, insistiendo en cómo ésta limita seriamente la posibilidad de que su presidencia les desafíe en favor de los derechos del ciudadano común. Este señalamiento se inscribe en un proyecto general de reformar la política de financiamiento a las campañas políticas que incluye revertir la decisión de la Suprema Corte en el caso comúnmente llamado Citizens United. El segundo frente ha sido cuestionar el “juicio” de Hillary Clinton en relación tanto a su voto como Senadora a favor de la invasión a Irak en 2003 y la inadecuada planeación alrededor del cambio de régimen en Libia mientras fungía como Secretaria de Estado. En contraste, Sanders propone una política exterior que utilice la vía armada sólo como último recurso y nunca como herramienta habitual de política exterior.

La agenda económica de Sanders es definitivamente la más progresista entre los candidatos que aun tienen oportunidad de abanderar a sus partidos en noviembre. Esta incluye una serie de medidas como aumentar 100% el salario mínimo federal, anular los acuerdos de libre comercio que –él acusa– han resultado en la exportación de producción y empleos, establecer un sistema de salud de cobertura universal y la segmentación de los bancos y agencias financieras más grandes del país. Es especialmente esta agenda la que ha motivado la masiva movilización de demócratas e independientes que se han sumado a lo que Sanders llama “revolución política”.

El Senador ha ganado las últimas siete elecciones primarias estatales, lo que ha significado un gran impulso a una campaña a la que pocos auguraban buen fin. Sin embargo, la gran desventaja de Sanders sigue siendo la cantidad de superdelegados (469 de 500) que han anunciado votarán por Clinton en la Convención Nacional a realizarse en Julio y que difícilmente cambiarán de parecer. El otro gran reto de la “revolución política” de Sanders será, de ganar la nominación y la presidencia, poder cumplir sus ambiciosas políticas; esto requeriría una mayoría legislativa que difícilmente lograrán los demócratas. De hecho, para poder ganar los cuatro asientos que les regresarían el control del Senado, los demócratas requieren movilizar toda su maquinaria política (el stablishment), que es blanco central de los ataques del mismo Sanders. Aunque el partido demócrata consiguiera la muy difícil tarea de ganar el control de ambas cámaras del congreso es muy probable que las políticas propuestas por Sanders sólo puedan ser llevadas a cabo parcialmente sin aprobación legislativa en forma de órdenes ejecutivas.

El mayor problema de la “revolución política” de Bernie Sanders es que parece depender de su elección como presidente, sin una verdadera base político legislativa (en algo que bien se podría llamar caudillismo a la estadounidense). El contraejemplo es el ultraconservador Tea Party, que no sólo moviliza ciudadanos a grandes mítines sino que han conseguido instalar a algunos de sus miembros en el Congreso. Desde allí, los ultraconservadores han erosionado el poder del oficialismo republicano (que ya no tiene a un pre-candidato en la carrera). Una verdadera “revolución progresista” en los Estados Unidos requeriría de un trabajo político similar: la elección al Congreso de una serie de progresistas demócratas que dieran sustento y viabilidad a una agenda como la de Sanders.

Por el momento Sanders y Clinton se enfrentarán mañana en NY. La campaña de Sanders sabe muy bien que será difícil ganar la elección; si lo logran pondrán en grandes aprietos a Hillary Clinton. Su estrategia, ganando o no, es quitarle tantos delegados como sea posible a Clinton para mantener el margen entre ellos tan cerrado como sea posible.


- Amando Basurto Salazar

Doctor en Política por la New School for Social Research, N.Y. y Maestro en Estudios en Relaciones Internacionales por la Universidad Nacional Autónoma de México @amandobasurto

jueves, abril 07, 2016

Se asoma una Convención abierta en el Partido Republicano


Las elecciones primarias del Partido Republicano el pasado martes 5 de abril en Wisconsin, no sólo dieron 36 delegados a la candidatura de Ted Cruz -con lo que se acerca a Donald Trump- sino que abre aún más la posibilidad de que los republicanos lleguen a su Convención Nacional en Cleveland (Ohio) a fines de julio sin un candidato definido. Es decir, ninguno de los actuales candidatos –Donald Trump, Ted Cruz o John Kasich- alcanzaría los 1,237 delegados necesarios para asegurar la candidatura de su partido, al finalizar las elecciones primarias o caucus el 7 de junio. En consecuencia el Grand Old Party (GOP), como se le conoce al Partido Republicano, tendría que definir a su candidato presidencial durante la Convención en una serie de elecciones que podrían cambiar completamente el panorama.
Tanto el Partido Demócrata como el Republicano tienen procesos internos para elegir al candidato presidencial en las elecciones generales de noviembre; estos son las elecciones primarias y caucus que se llevan a cabo en todos los estados de la Unión. Si un candidato alcanza el 50% + 1 del total de delegados –en esta ocasión 1,273 para el Partido Republicano- dicho candidato se convierte en el candidato del Partido, lo que se formalizará en la Convención Nacional. En este momento en el proceso del GOP,  Trump sigue al frente de la carrera por la suma de delegados con 743 frente a los 517 de Cruz y apenas 143 de Kasich, quedando en juego 775. Estas cifras evidentemente descartan a Kasich, obligan a Cruz a ganar 720 de los 775 en juego y a que Trump obtenga 494; aunque es más probable que éste lo logre, en realidad es difícil que los obtenga, considerando algunos de los estados en juego. Algunas proyecciones le otorgan a Donald Trump una cantidad final de delegados de 1,182 con lo que se quedaría corto por 55 delegados; no obstante, esto suponiendo que gane la mitad de los delegados en California, lo que estaría por verse. Pero ¿qué pasaría entonces?
De concretarse este escenario, el GOP enfrentaría la misma situación que se presentó en la Convención disputada de 1976 o la abierta 1948. En 1976 el Presidente Jerry Ford y el gobernador Ronald Reagan llegaron a la Convención de Kansas City para definir al candidato del Partido Republicano. Aunque Ford estaba al frente en la suma de delegados (1,130 versus 1,030 de Reagan) estuvo muy cerca de perder la nominación debido a estrategias de la Campaña de Reagan, como gritar We want Regan! en el lobby de la Convención, cabildeo con diversas delegaciones estatales o el intento de cambio de reglas para la nominación, obligando al candidato a que designara o revelara a su compañero de fórmula. A fin de cuentas y al no haber un nominado decidido antes de la Convención, se tuvo que llevar a cabo una elección entre los candidatos vigentes (Ford-Reagan); en ella hay delegados comprometidos con cada candidato, por lo que la pelea es por los candidatos no comprometidos. En la elección el Presidente Ford obtuvo los votos necesarios para ganar la nominación y se convirtió en el candidato Republicano; a esto se le denomina Convención disputada.
En la Convención de 1948 la situación fue aún más complicada, ya que llegaron a ella 3 candidatos: Thomas Dewey, Howard Taft y Harold Stassen. Al no haber alcanzado ningún candidato el número necesario de delegados para obtener la nominación, se llevó a cabo una elección, pero a diferencia del caso mencionado, ninguno obtuvo los delegados requeridos. Esta situación cambia importantemente el escenario, ya que a partir de este momento los delegados ya no están comprometidos con ningún candidato, y se realizarán cuantas elecciones sean necesarias hasta definir a un candidato. Pero además ya en la segunda vuelta, los delegados pueden proponer a un candidato que ya no esté en la contienda o que no haya estado; a esto se denomina  Convención abierta. En el caso de la Convención del ’48 no hubo propuestas de los delegados y Dewey obtuvo la nominación después de la segunda elección, no porque hubiese obtenido los delegados, sino por la concesión de Taft, antes de la tercera vuelta. No obstante, si la situación se presenta en la Convención de Cleveland, los delegados podrían proponer a Marco Rubio o a Paul Ryan, por mencionar algunos. Cabe mencionar que el senador por Florida Marco Rubio, ha expresado su deseo e intención de que los delegados con los que contaba hasta el momento de su retiro de la contiendo, permanezcan en su candidatura.
Por último, vale la pena mencionar al Comité de Reglas de la Convención Nacional Republicana y su probable impacto en la nominación. Una semana antes de la Convención, se reúne un Comité conformado por 112 delegados electos en Convenciones estatales, a fin de definir las reglas de la Convención e incluso establecer reglas que favorezcan o perjudiquen alguna candidatura. Dichas reglas pueden aplicar sólo por esa Convención y también pueden anular reglas establecidas en anteriores Convenciones. Ejemplo de ello es la Convención de ’76, cuando la Campaña de Ronald Reagan intentó establecer una regla –ya durante la Convención- para que el nominado estuviera obligado a nombrar a su compañero de fórmula, o la Convención de 2008, cuando se estableció que el nominado debía ser capaz de probar el apoyo plural de delegados en al menos 5 elecciones o caucus estatales. Esto permitiría favorecer, debilitar o imposibilitar alguna candidatura.
Debido a esta posibilidad, ahora más que nunca será muy interesante dar seguimiento a las próximas primarias en EEUU, principalmente el 19 de abril en New York y el 7 de junio en California, en donde se repartirán 95 y 172 delegados, respectivamente. El camino de Donald Trump hacia la nominación es más sinuoso de lo que se esperaba hace algunas semanas, y aunque Ted Cruz mantiene viva la esperanza de ser el primer latino como candidato a la presidencia de los Estados Unidos y el establishment republicano ahora puede ver una posibilidad para evitar la candidatura de Trump, el escenario es aún adverso.

martes, marzo 01, 2016

Apuntes para el Súper Martes de elecciones primarias en los EE.UU.

Por Amando Basurto –

Múltiples focos rojos se encendieron durante la última semana desde que Donald Trump ganara los caucuses de Nevada con un 46% del voto, por lo que su candidatura pareciera imparable ahora que es favorito a ganar en la mayoría de los 13 estados que van a elecciones primarias el día de hoy. Los miembros del status quo republicano ven su influencia cada vez más reducida, como aplastada entre el paralizante tea party y el energéticamente movilizador Donald Trump. ¿Qué, Donald no es lo suficientemente conservador para ser el candidato republicano? Posiblemente no, pero ese no es el problema. Ahora, propios y extraños, reconocen a Trump como una bala suelta, es decir, como un inexperto egomaniático populista (lo cual definitivamente no es peligroso) con posibilidades de ganar la candidatura republicana y la presidencia estadounidense acompañado de una mayoría republicana en ambas cámaras del congreso (lo cual sería verdaderamente alarmante). Las elecciones del día de hoy son fundamentales tanto para las aspiraciones de Trump como para las esperanzas del establishment republicano de detenerlo en el intento. Las peores noticias para los republicanos en general es que Ted Cruz y Marco Rubio no parecen, ni de lejos, caballos ganadores. Si Trump obtiene una ventaja muy importante el día de hoy muy probablemente veremos al partido republicano hacer uso de medidas extra-electorales para deshacerse de él.

En el caso del Partido Demócrata, este martes se llevarán a cabo elecciones primarias en 11 estados de la unión (y el territorio de Samoa).  De este lado del ring también los dados están fuertemente cargados a favor de Hillary Clinton, quien se prevé ganará la mayoría de las contiendas asegurando una ventaja casi insuperable de camino a la convención nacional del partido. En este caso los focos encendidos después de las elecciones en Carolina del Sur del sábado pasado son azules, muy azules, ya que calmaron la ansiedad del establishment demócrata porque las probabilidades de que Bernie Sanders gane la candidatura al parecer se verán drásticamente reducidas esta misma noche. Y no es que Bernie Sanders sea una bala perdida, ni mucho menos un ególatra populista, sino que el oficialismo demócrata considera que la radicalidad de su “revolución política” aliena a una fracción importante de demócratas “conservadores y moderados” que son fundamentales para mantener el control de la Casa Blanca. Si, de la Casa Blanca porque será muy difícil que tanto Clinton como Sanders generen tal tracción electoral que les lleve a ganar la presidencia y, además, impulsar la elección de una mayoría demócrata en el congreso. Y es precisamente por eso que, a pesar de su “radicalidad”, Sanders no es considerado un “peligro”: su presidencia muy probablemente tendría que sobrellevar el peso de una paralizante mayoría legislativa republicana y, por lo tanto, sería casi inoperante desde el día uno.

Aún con este panorama, y con los oficialismos partidistas encima, no se puede descartar completamente una contienda entre Donald Trump y Bernie Sanders por la presidencia estadounidense. Si ésta sucediera, ya lo ha advertido, el magnate Michael Bloomberg planea lanzar una campaña independiente que, irónicamente, aumentaría las probabilidades de que Sanders ganase las elecciones; parecido a lo acontecido en la elección presidencial de 1912, la candidatura “progresista” de Theodore Roosevelt dividió el voto republicano (siendo William H. Taft el candidato formal), lo que abrió la puerta al triunfo de Woodrow Wilson. La ironía no reside en que Sanders, como Wilson, ganase las elecciones por una fractura entre los republicanos, sino que la elecciones las ganase un “socialista” cuando en aquella elección de 1912 Eugene Debs perdió obteniendo casi un millón de votos (la mayor cantidad que conseguiría el Partido Socialista de América) pero sin poder ganar los votos electorales de un solo estado.


- Amando Basurto Salazar

Doctor en Política por la New School for Social Research, N.Y.y Maestro en Estudios en Relaciones Internacionales por la Universidad Nacional Autónoma de México @amandobasurto

lunes, julio 16, 2012

Una aproximación al sistema electoral de los Estados Unidos


Por Miguel Ángel Valenzuela Shelley

Es a raíz del conflicto post electoral del año 2000 (Florida) que se avivó el interés por conocer y entender el sistema electoral estadounidense. Voto popular, Colegio electoral, primarias, electores, distintas normas electorales por distrito y otros elementos generaron sorpresa, confusión y necesidad de estudiar el sistema electoral de la democracia norteamericana; una democracia que tiene tanto aspectos profundamente antidemocráticos, como otros igualmente democráticos. Un complejo sistema pragmático que ha logrado equilibrar el ímpetu democrático y la necesidades corporativas.

El sistema electoral estadounidense es resultado, como varios aspectos de su sistema político, de una serie de indefiniciones iniciales que dieron lugar (no sin intención necesariamente) a una serie de pugnas y arreglos pragmáticos a lo largo de la historia que han definido -y siguen haciéndolo- sus procedimientos y condiciones electorales. Esto va desde la elección del presidente hasta los mecanismos de financiamiento en las campañas.

A fin de tener una comprensión básica pero amplia del sistema electoral de los Estados Unidos, presentaré algunos antecedentes que sostienen su arquitectura electoral, las normas electorales en los que se recarga y muestran su evolución, los procedimientos que lo caracterizan, las instituciones electorales que buscan controlar algunas instancias del proceso, mencionaré qué y cómo se elige, señalando algunas particularidades y excepciones en y del proceso, y finalmente explicaré los mecanismos de financiamiento en las campañas electorales. Este último punto, permitirá conocer un serie de actores que nos serán cada vez más familiares en los análisis pertinentes, tales como PAC’s, Súper PAC’s y los grupos 527.


Normas electorales.
Existen dos tipos de elecciones en los Estados Unidos: las primarias, que lleva a cabo los partidos políticos para definir a sus candidatos, y las generales, en las que se elige tanto al Ejecutivo como al Legislativo en sus diferentes etapas. Los artículos I y II de la Constitución de los Estados Unidos de América, indican cómo y cuándo se elegirá a la Cámara de Representantes, la Cámara de Senadores, al Presidente y Vicepresidente. En ellos se establecen requisitos para ser electo, así como mecanismos y fechas del proceso[1].

A lo largo del tiempo ha habido una serie de Enmiendas tendientes a consolidar y/o regular al sistema electoral desde diversas perspectivas. La Enmienda XII (1804) establece que la votación por Presidente y Vicepresidente será por separado, de tal forma que habrá candidatos para cada uno de los cargos mencionados. Ella misma define procedimientos para la elección de ambos cargos en dado caso de que ningún candidato obtenga la mayoría, recayendo la responsabilidad de la elección ya no en el Colegio Electoral sino en el Congreso. La Enmiendas XV (1870), XIX (1913) y XXIV (1964) defienden el derecho al voto frente a cuestiones raciales, de género y por no haber cumplido sus obligaciones fiscales.

La Enmienda XVII (1913) permite la elección del Senado por parte de los ciudadanos y reitera que cada estado contará con dos senadores; asimismo establece las acciones a seguir en caso de una vacante. La Enmienda XXII (1951) limita a dos el número de períodos presidenciales, es decir una elección y una re elección. La Enmienda XXIII (1961) otorga al Distrito de Columbia (Washington, D. C.) un número de electores en el Colegio Electoral igual al número de electores que tuviera si fuera un Estado, pero no mayor al número de electores que tenga el estado con menor representación. Por último, la Enmienda XXVI (1971) establece en 18 años como la edad mínima para obtener el derecho al voto.


Tipos de elecciones.
Como se mencionó hay dos tipos de elecciones en los Estados Unidos; generales y primarias. En las generales se elije al Presidente, al Vicepresidente, a la Cámara de Representantes cuando así sea necesario, y a un tercio del Senado cada dos años. Los senadores se dividen en junior (sus 2 primeros años) y en senior (sus períodos de 2 a 4 años y de 4 a 6 años). Las elecciones primarias son los procesos de elección de candidatos que llevan a cabo los partidos políticos; estas son elecciones en casillas, como las conocemos, o caucus. El caucus es un procedimiento en el que las personas reunidas en un centro comunitario, deportivo, escuela, etcétera, definen el apoyo a los principales candidatos, con base en la repartición porcentual de acuerdo al total de participantes del caucus. Depende de las reglas de cada distrito, se requiere ser miembro registrado de un partido o no. En algunos casos, inclusive se puede ser miembro de un partido y participar en el caucus del otro.

Cada partido define la cantidad de delegados a la Convención Nacional, lo que a su vez establece el número de delegados necesarios para obtener la candidatura presidencial. El Partido Demócrata tiene 3,328 delegados y 694 superdelegados, y se requiere del apoyo de 2,778 para obtener la candidatura. El Partido Republicano cuenta con 2,166 delegados, 120 superdelegados, y se requieren 1,144 delegados para conseguir la candidatura presidencial[2]. Este año la Convención Nacional Demócrata se realizará del 3 al 6 de septiembre en Charlotte (North Carolina) y la Convención Nacional Republicana del 27 al 30 de agosto, en Tampa (Florida).


Instituciones electorales.

Al no existir un organismo federal que organice las elecciones, la Constitución sólo establece que estas se realizarán el martes siguiente al primer lunes de noviembre, la organización de los proceses electorales recae en el Departamento de Estado de cada entidad federativa. El Departamento de Estado “estatal” debe coordinarse y establecer algunos lineamientos con los distritos electorales, los que –por ejemplo- definen el diseño de la boleta electoral. Por tanto, el día de la elección se llevan a cabo 51 procesos electorales -50 estados más el Distrito de Columbia-  cada uno compuesto por distintos procedimientos, según los distritos. Otra institución electoral estatal sería el Colegio Electoral estatal, compuesto por los electores de cada estado, los que expresan el sentido de su voto al Senado.

El Colegio electoral es, a fin de cuentas, el organismo que decide la elección –a menos que ningún candidato alcance los 270 votos necesarios, en cuyo caso el Congreso lo haría; la Cámara de Representantes elegiría al Presidente bajo la metodología un estado un voto, y el Senado al Vicepresidente - y está compuesto por electores estatales. La cantidad de electores de un estado está definido por el número de Representantes y Senadores con los que cuenta el estado. Por ejemplo, New York tiene 31 electores en el Colegio, lo que quiere decir que cuenta con 29 Representantes y 2 Senadores, Texas con 34 electores, posee 32 Representantes y 2 Senadores. De tal forma que el Colegio Electoral tiene 538 electores (100 Senadores, 435 Representantes y 3 electores de Washington, D. C.)[3].

Aunque la mayor parte de la elección recae en los estados, existen dos instituciones federales relacionadas con el proceso; la Federal Election Commission y la Electoral Assistance Commission. La primera fue creada en 1975, luego y debido al escándalo de Watergate, y su tarea es vigilar el gasto público en las campañas, así como evitar desvío de recursos hacia ellas. La segunda, creada en 2003 como resultado de problema post electoral en Miami-Dade, puede –en caso de así requerírsele- asesorar a los distritos electorales en el diseño de las boletas.


Voto popular vis a vis voto electoral.
El voto popular es el voto ciudadano y el voto electoral corresponden al Colegio Electoral, y estos pueden no ir en concordancia. De hecho una crítica al sistema electoral estadounidense, es que un candidato puede perder todos el voto popular, no obtener un solo voto en 39 estados más Washington D. C., pero si logra el voto de los electores en California (55), New York (31), Texas (34), Florida (27), Pennsylvania (21), Illinois (21), Ohio (20), Michigan (17), New Jersey (15), North Carolina (15) y Georgia (15), sería el próximo presidente de los Estados Unidos, toda vez que alcanzaría los 271 votos requeridos. Con ello, perdería el voto popular, pero ganaría el voto del Colegio Electoral. Esto ya ha sucedido, de hecho en tres ocasiones, siendo la más reciente en el año 2000 en que George Walker Bush logró la presidencia, a pesar de haber perdido el voto popular por más de medio millón de votos.


[1] Para mayores detalles sobre los requisitos y condiciones para ser electo y el proceso mismo acudir a http://www.archives.gov/espanol/constitucion.html
[2] Los superdelegados son miembros importantes del Partido que cuentan con mucha influencia en la definición de los delegados, principalmente de aquellos no comprometidos. Algunos estados otorgan delegados a la Convención, que pueden definir su voto en ella.
[3] Sólo los estados de Maine y Nebraska pueden dividir los votos de los electores, los demás estados otorgan la totalidad de ellos a quien gane el voto popular.

miércoles, abril 25, 2012

Barack Obama vis a vis Mitt Romney; Santorum ¿necesario?


Por Miguel Ángel Valenzuela Shelley
 
El día de ayer, 23 de abril, se decidió finalmente la carrera por la presidencia en los Estados Unidos: Barack Obama vis a vis Mitt Romney. El ex gobernador Romney logró vencer en las cinco elecciones (New York, Connecticut, Delaware, Rhode Island y Pensilvania) con lo que podría estar cerca de los 900 delegados a la Convención Nacional Republicana.

En realidad desde el pasado 10 de abril con la suspensión de la campaña de Rick Santorum, era ya evidente que el ex gobernador enfrentaría al Presidente Obama, pero las elecciones primarias de ayer confirmaron la candidatura de Romney y hacen difícil que se dé alguna sorpresa en la Convención (Nacional Republicana). Desde ahora, ambos partidos se concentrarán en la estrategia política y, principalmente en la financiera; una campaña competida exige grandes cantidades de dinero. Habrá que seguir la pista a los mecanismos financieros que apoyan directa e indirectamente a los candidatos; PAC’s, Súper PAC’s y grupos 527, explicados en un artículo anterior.

Santorum suspendió su candidatura tanto por la diferencia en los delegados (739 a 260) como por la presión de la cúpula Republicana, a fin de que no siguiera debilitando a Romney la contienda interna; Newt Gingrich (137 delegados) y Ron Paul (75 delegados) en realidad tienen un papel marginal en el proceso. Aunque Santorum no endosó la candidatura de Romney, muy probablemente la misma presión cupular que presionó para que claudicara y el objetivo común de evitar que Obama sea re electo –de lo poco que tienen los Republicanos en común- obliguen al Senador a endosar clara, decidida y muy activamente la candidatura de Mitt Romney.

A lo largo de la elección interna fue muy claro cómo la fortaleza de Santorum radicaba en las grandes carencias de Romney. Si al ex Gobernador se le acusaba de no ser suficientemente conservador en su política social, el Senador por Pensilvania concentró su campaña en esos temas precisamente, atrayendo a un importante número de simpatizantes. Su éxito fue tal que puso en duda por algunas semanas la victoria de su principal oponente. Pero ahora esa fuerza y el apoyo popular que logró Rick Santorum pueden ser muy necesarias para la campaña presidencial de Romney.

El ex Gobernador necesita un compañero de fórmula que atraiga a los electores conservadores que no lo aprueban, por ello es que se ha mencionado recientemente al Senador por Florida Marco Rubio –primer Senador de origen cubano en la historia de los Estados Unidos, y- quien es simpatizante del Tea Party; de hecho es de los muy pocos candidatos cercanos al Tea Party en la elección intermedia de 2010, que ganó su proceso. Sin embargo, se duda –desde dicho proceso de 2010- de la fortaleza, efectividad y peso político de este movimiento. Una encuesta reciente del Washington Post-ABC News a nivel nacional, reflejó –entre otras cosas- que 6 de cada 10 personas no están interesadas en conocer más al Tea Party, y señalaron que mientras más lo conocen menos les gusta. Seguimiento sobre el particular establece que el apoyo a candidatos del Tea Party –o cercanos a él- no ha variado en el último año.
Aunque miembros del Tea Party aseguran que su movimiento es más fuerte que hace dos años, el hecho es que la condiciones políticas lo han debilitado. Varios miembros del Partido Republicano (también conocido Grand Old Party, GOP) se han movido a la derecha del espectro ideológico-político en busca de mayor apoyo popular, tanto en cuestiones económicas como políticas y sociales, quitando así espacio al Tea Party. Ejemplo de ello es el Senador Orrin Hatch de Utah, quien fue rankeado en 2008 como el legislador conservador número 29, y después de adoptar principios conservadores más duros fue el 15 en 2011.

En ese contexto es que se vuelve sumamente útil Rick Santorum, quien es un católico fundamentalista cercano al Opus Dei y a los Legionarios de Cristo. La campaña de Mitt Romney sabe que necesitan un compañero de fórmula del conservadurismo duro, a fin de atraer a ese sector, pero también tratar de compensar el poco apoyo hacia su candidato de sectores como las mujeres, los latinos y los jóvenes en general, que en 2008 fueron clave para Barack Obama. El Senador por Pensilvania, podría atraer a esos sectores y además ayudaría a cicatrizar las heridas de la batalla Republicana, y así llegar más fortalecidos a la elección general de noviembre. Máxime cuando las últimas encuestas a nivel nacional devuelven la ventaja al Presidente Obama entre 7 y 5 puntos.

Grupos de interés y think tanks, como la Heritage Foundation, preparan ya propuestas que apuntalen indirectamente al candidato Republicano, y movilicen al  conservadurismo estadounidense. Pronto en nomospolitico comentarios al respecto.

viernes, marzo 16, 2012

Entre sureños balines, gasolinazos inoportunos y acusaciones de promiscuidad


Por Miguel Ángel Valenzuela Shelley.

Las elecciones primarias del Partido Republicano y las generales de noviembre ya comienzan a calentarse y sazonarse, con lo que el sube y baja de las preferencias electorales comienza su vaivén. Los comicios del Partido Republicano (también conocido como Grand Old Party, GOP) en estados sureños sorprendieron por la distribución de los delegados, lo que sigue contribuyendo a la candidatura de Mitt Romney. Se sabía que el sur se repartiría entre Rick Santorum y Newt Gingrich al haber mayor identificación a través de los valores sociales, y que le sería complicado a Romney convencer al duro conservadurismo sureño. Sin embargo en buena medida esas eran suposiciones educadas –educated guess- pues en realidad no hay mucha aceptación de buena parte del electorado del Sur estadounidense con respecto a los tres principales candidatos republicanos.

De acuerdo a estudios del Washington Post y ABC News, los electores del sur perciben a Mitt Romney como alguien perteneciente a la élite financiera de Massachusetts totalmente ajeno al mundo sureño. A Rick Santorum como un católico del noreste que aunque tiene mayor cercanía con los valores del sur, no es Protestante, no toma el football enserio, y no tiene un cantante favorito de música country; y estos son factores muy importantes para los electores sureños. Newt Gingrich es un nativo de Pennsilvania que llegó a Georgia hasta la secundaria, y es conservador pero no lo suficiente. Estas percepciones pueden explicarnos por qué el pasado Martes 13 de marzo Santorum y Gingrich vencen a Romney en Alabama y Mississippi, pero tan sólo por 5 y 2% respectivamente. Y recordemos que el propio equipo de campaña del otrora gobernador de Massachussets, daba por perdido todo el sur hace apenas una semana.

En Alabama Santorum obtuvo 19 delegados, Romney 12 y Gingrich 11 faltando aún 8 por designar; se esperaba más diferencia entre los primeros y que Gingrich superara a Romney. Pero llama más la atención Mississippi, ya que aunque Santorum obtuvo 33% de preferencia frente al 31% de Romney, el ex gobernador consiguió 14 delegados y el ex senador 12, pues es prerrogativa de algunos delegados elegir al candidato que prefieran amén del resultado de los comicios. De tal forma, luego de 30 estados en las elecciones primarias del Partido Republicano, Mitt Romney sigue apareciendo como el candidato inevitable con cerca de 500 delegados (492, 495 ó 498, depende la fuente consultada); Rick Santorum como el sorpresivo gran retador con 252, y Newt Gingrich, para quien the game is over según varios analistas y miembros del GOP, con 131. El sur está reflejando las debilidades del GOP en su interior, de cara a las elecciones de noviembre.

Hasta hace una semana Barack Obama estaba arriba en las preferencias electorales ante cualquier adversario Republicano, pero las cosas han cambiado; ahora el Presidente Obama perdería con Mitt Romney (49-46%) y estaría empatado con Santorum. Y lo que es peor para los Demócratas, se han disparado las opiniones negativas con respecto al desempeño del Presidente Obama. La razón de ello es el impacto en la economía familiar por el alza en el precio de la gasolina, eso ha provocado une efecto dominó en las percepciones relacionadas a la economía. La mayoría de los estadounidenses opinan que Obama ha hecho un mal trabajo en los relacionado a economía, presupuesto y precio de la gasolina. Por ello es que los demócratas deben mantener el tema de las elecciones en cuestiones sociales, que es de hecho el tema que está dividiendo a los Republicanos y alejando a las mujeres del voto por el GOP. El electorado percibe a los demócratas como más afines a las necesidades de los diferentes grupos étnicos y valores sociales en buena parte de la nación norteamericana, pero confía más en el manejo de la economía por parte de los Republicanos.

Esta percepción preocupa también de manera importante al Partido Republicano, pues el voto femenino los ha abandonado rápidamente debido principalmente a expresiones de algunas figuras importantes del GOP. Como respuesta a la posibilidad de contracepción como parte del seguro médico que se ofrece a trabajadoras, algunos Republicanos como Rush Limbaugh han señalado que eso sólo permitiría que las mujeres fuesen promiscuas. En consecuencia, el voto femenino ahora favorece a los Demócratas por 64% a 36%. Por ello el GOP trata de mantener los temas de la elección federal tanto para la presidencia como para los legisladores en lo referente a lo económico, y el Partido Demócrata de mantenerla en lo social, y particularmente en lo relacionado al interés del voto femenino. Quien perfile la Agenda de las campañas, definirá la elección.

viernes, marzo 09, 2012

El Súper Martes, mucho más que sumas y restas para los Republicanos


Por Miguel Ángel Valenzuela Shelley.

Los procesos electorales del pasado 6 de marzo, ya conocido como Súper Martes (SM), confirmó tendencias pero también arrojó interesantes sorpresas que van mucho más allá de la mera división, suma y/o resta de delegados. Mitt Romney confirma que será difícil que pierda la nominación del Partido Republicano al casi duplicar sus delegados llegando ya a 421, por 181 de Rick Santorum, 107 de Newt Gingrich y 47 de Ron Paul. Romney venció en 6 de los 10 estados en que se llevó a cabo el proceso (Alaska, Idaho, Massachusetts, Ohio, Vermont y Virginia), Santorum en 3 (Oklahoma, North Dakota y Tennessee) y Gingrich en su natal Georgia. Pero el fondo no está en las matemáticas, sino en lo que las sostiene.

Es cierto que Romney ganó en tres estados fácilmente –los primeros en arrojar resultados y que parecían anunciar una aplastante victoria en el SM- pero uno fue Massachussets, donde fue gobernador; otro Vermont, estado vecino; y el otro Virginia, en el que sólo él y Paul estaban en la boleta, ya que debido a las reglas electorales del Partido Republicano en dicho estado, los demás candidatos no lograron registro. Sin embargo, también es cierto que si bien Santorum ganó tres estados, era de esperarse que lo hiciera dado el peso del voto religioso y fuertemente conservador, de hecho lo sorprendente es que ganara por márgenes reducidos –salvo en Tennessee, donde ganó el ultraconservador Mike Huckabee en 2008- y tuviera que dividir los delegados que esos estados ofrecen a la Convención Nacional Republicana (CNR). North Dakota ofrecía 28 y sólo se quedó con 11 (Paul 8, Romney 7, Gingrich 2); Oklahoma envía 43, de los cuáles serán 14 para Santorum, 26 divididos equitativamente entre Romney y Gingrich, uno para Ron Paul y dos que superdelegados que decidirán en la Convención.

El GOP (Grand Old Party, como también se le conoce al Partido Republicano) no sólo sigue dividido, sino que –paradójicamente- el candidato más fuerte sigue sin convencer a su propio electorado y cada vez es más cuestionado al interior del Partido. Pero el retador o segunda opción lo es menos –o lo sería- en la elección general de noviembre, ya que sólo es apoyado por los ultraconservadores, a pesar de su reciente estrategia para mostrarse  como un moderado conservador duro. La carrera larga del GOP en realidad no lo es tanto, pero es percibida como tal por el alto costo del proceso hasta el momento. Eso ha provocado que Mitt Romney haya optado por invitar a sus contrincantes a que declinen en su favor dada su definitiva ventaja de más de 200 delegados. El problema en el argumento del ex Gobernador es que los próximos procesos son en el Sur y se espera que Santorum –principalmente- logre importantes victorias en Kansas, Alabama, Missisipi y Missouri, con lo que podría obtener más de 150 delegados.

Una de las tendencias que se confirmó el pasado martes 6 de marzo, es que Mitt Romney no está convenciendo a la clase trabajadora, ni a los conservadores duros, ni a los jóvenes. La principal razón por la que Ohio es percibido como un estado muy importante, es que se le considera como una buena representación de lo que es el país políticamente, aunque no étnicamente. Y en estas elecciones primarias pudo observarse que los electores entre 17 y 64 años favorecieron claramente a Santorum; Romney sólo superó al ex Senador por Pennsilvania en el rango de 65 o más años. Algo similar se dio tomando como referente el ingreso; en ese aspecto Santorum logró el apoyo de aquellos que ganan menos de 100 mil dólares, y Romney de quienes ganan más de esa cantidad. Finalmente otro punto a considerar, es que en 2008 John McCain venció en las primarias en Ohio a Mike Huckabee 59.9% a 30.6%, es decir el moderado se impuso con facilidad al duro; Ron Paul, Fred Thompson y el propio Mitt Romney obtuvieron menos del 10% combinado. Esta es una clara muestra de la debilidad en la candidatura del otrora gobernador de Massachusetts.

En efecto la batalla por la candidatura Republicana sigue inclinándose hacia Mitt Romney, pero debe convencer aún más de ello a los electores de los próximos comicios en el sur estadounidense a fin de cerrar los procesos locales y tratar de ganar algunos, cosas que la propia campaña de Romney ve muy difícil. Definir las elecciones primarias es ya urgente para el GOP, pues sus candidatos siguen debilitándose con el paso de los comicios internos.

martes, marzo 06, 2012

El GOP, entre Ciudad Gótica y el Súper Martes


Por Miguel Ángel Valenzuela Shelley.
 
Hoy Martes 6 de marzo será el esperado Súper Martes para el Partido Republicano (también conocido como GOP, Grand Old Party) y podría dar un paso importante hacia la definición de su candidato para la elección general de noviembre. Hasta el momento Mitt Romney lleva la delantera por poco más de 100 delegados sobre Rick Santorum –aunque las cifras varían un poco según la fuente que se consulte; eventualidades en los complicados procesos electorales en Estados Unidos- y el día de hoy podría consolidar aún más esa ventaja estando muy bien posicionado y encontrándose en juego 10 estados y 437 delegados; Wyoming cambió la fecha al 10 marzo y representa 29 delegados.

Según diversas encuestas Romney está a la cabeza en Massachusetts, Ohio, Idaho, Vermont y Virginia, estado en el que sólo contenderán él y Ron Paul, ya que los demás candidatos no consiguieron registro. De confirmarse la tendencia reflejada en las encuestas la campaña del ex Gobernador conseguiría alrededor de 200 delegados con únicamente esos cinco estados. El problema para Santorum –y Newt Gingrich- es que los demás estados estarán muy divididos o se irán para uno u otro, con lo que no podrán sumar en las cantidades que lo podría hacer Romney. Por ejemplo, Georgia se inclina para Gingrich (76 delegados) y Tennessee para el ex Senador por Pensilvania (58 delegados), por mencionar a los estados con mayor representación en la Convención Nacional Republicana (CNR).

Ohio parece ser un estado clave en el proceso Republicano, pero no sólo considerando sus primarias, sino con respecto a la elección general de noviembre en la mira; la estrategia de Mitt Romney podría sumar a su causa el día de hoy, pero a la de Barack Obama en noviembre. La contienda al interior del GOP ha provocado una clara división entre conservadores moderados y duros –incluyendo extremistas o radicales- lo que tratan de mitigar sus candidatos hablándole a esa parte del electorado que no les favorece en primera instancia. Rick Santorum ha tratado de suavizar algunas posturas con respecto a la mujer y la sexualidad –incluso criticó a Rush Limbaugh por haber calificado de prostituta a Sara Fluke, una estudiante de Derecho de Georgetown relacionada con el tema de los anticonceptivos en el Comité de Supervisión de Reforma Gubernamental de la Cámara de Representantes; mientras que Mitt Romney ha tratado de convencer al sector duro del Partido Republicano y sus simpatizantes en estados clave, como Ohio. And here lies the rub, como diría el Bardo.

Convencer a los conservadores duros ayudaría a Romney en un estado tan disputado como Ohio -34 a 31 sobre Santorum- o inclusive Tennessee -34 a 29 para Santorum- y con ello darle un impulso (muy probablemente) definitivo a su campaña. Sin embargo, al hacerse a la derecha particularmente en temas sociales perdería una gran cantidad de simpatizantes que podrían inclinarse por Obama en la elección general de noviembre.
 
La división entre moderados y duros ha traído duras lecciones al GOP, siendo la más reciente la histórica derrota del Senador Barry Goldwater ante Lyndon Baines Johnson (LBJ), y ese es el escenario que podrían enfrentar este año, aunque no con aquella diferencia entre los candidatos (486 LBJ, 52 Goldwater en el Colegio Electoral). Para algunos Republicanos pertenecientes al stablishment de su partido esto el lo que necesita el GOP, una dura derrota que obligue a la re unificación pragmática del Partido. Al igual que Ciudad Gótica en Batman Begins, en la que ésta necesita ser destruida para luego volver a su gloria pasada, como afirma al Ghul (Liam Neeson), el Partido Republicano necesita una dura derrota en noviembre para poder fortalecerse en el centro derecha con miras no sólo a un efectivo contrapeso a Barack Obama, sino para recuperar la Casa Blanca en 2016.

miércoles, febrero 22, 2012

El GOP, el arma secreta de Obama


Por Miguel Ángel Valenzuela Shelley
 
Aunque el desempleo se mantiene arriba del 8% por los últimos tres años y la economía parece recuperarse pálidamente; a pesar de que los precios de las casas se han desplomado a lo más bajo desde la Gran Depresión y 6 millones de estadounidenses han caído en la pobreza durante la Administración Obama, generando todo esto un 50% de aprobación para el Presidente, Barack Obama tiene buenas oportunidades de reelegirse, y su arma secreta es el Partido Republicano con su complicadas elecciones primarias y aún más puede serlo su candidato.

Con lo cerrado del proceso republicano, cada primaria y caucus es importante dada la tendencia que puede generar. Ya se había comentado el efecto que podría tener para la campaña del senador Rick Santorum sus recientes victorias en Colorado y Minnesota –inclusive el concurso de belleza de Missouri- lo que parece confirmarse según las encuestas de los últimos días. De ser así podría haber un nuevo favorito en la carrera Republicana; estaría por verse si esas son buenas noticias para el GOP.

El próximo martes 28 de este mes se llevarán a cabo las primarias en Arizona y Michigan, y apenas 4 días después –el 4 de marzo- el caucus en Washington. Mitt Romney va ligeramente al frente en Arizona (36% a 33%) pero Santorum encabeza las encuestas en Michigan (37% a 33) y en Washington (38% a 27%). De resultar así los procesos en dichos estados, Santorum llegaría no sólo fortalecido sino como favorito al Súper Martes -6 de marzo- cuando se pondrán en juego 466 delegados a la Convención Nacional Republicana. Esto no sólo por el número de delegados comprometidos y las sorpresivas victorias, sino por haber vencido a Romney en su propio estado natal (Michigan). De hecho las encuestas y victorias del Senador ya están teniendo efecto en estado clave como Texas (155 delegados) en el que Rick Santorum va a la cabeza en las preferencias por 45% a 16% de Mitt Romney.

El problema del Partido Republicano se agudiza al cerrarse la carrera o con la voltereta de Santorum, pues ninguno de sus candidatos parece tener muchas probabilidades de vencer a Obama en la elección general. Por ejemplo, uno de los estados más fuertes para Mitt Romney en la elección interna es Massachusetts, en donde tiene una preferencia de 64% frente a 16% de Santorum, sin embargo ante una elección general Obama vencería al Gobernador 53% a 39%. La campaña de Romney se centra en que él sí es capaz de vencer al Presidente, incluso en debates, pero no está logrando imponerse a un político del siglo pasado (Newt Gingrich) ni a un joven e inexperto Santorum, cuyo radicalismo lo debilita importantemente en una elección general, abierta. Al parecer no sólo con dinero se gana la Casa Blanca, después de todo.

Rick Santorum tiene posturas muy radicales en cuanto a política social y a la sociedad misma; no sólo está contra el derecho al aborto, sino contra el matrimonio de personas del mismo sexo y prácticas homosexuales, aunque no contra la homosexualidad, tal y como él mismo afirma…caray, menos mal. El Senador también critica que la mujer trabaje fuera de casa, pues eso trae serios conflictos en el hogar y crisis en la familia y sus valores. Eso puede generar grandes simpatías en el GOP, pero sería muy poco probable que pueda convencer electores en Massachusetts, New York, California o Florida. Según un estudio de Real Clear Politics en el que aglutina diversas encuestas –Politico, CNN, Fox News, etc.- Barack Obama vencería a Rick Santorum por casi 8% en promedio; pasando por la diferencia de 2% que le otorga Rasmussen Tracking, hasta la de 12% de Fox News.

Este escenario ha dado pie a la posibilidad de que en la Convención Nacional Republicana se dé al apoyo a una tercera opción, es decir, un político que pueda cohesionar a un ya dividido Partido y convencer a electores –pensando en la general de noviembre- cosa que ninguno de los actuales pre-candidatos parece lograr. Entre los candidatos alternativos se manejan los nombres de Mitch Daniels (Gobernador de Indiana), Chris Christie (Gobernador de New Jersey) y Jeb Bush (hermano de GW y otrora Gobernador de Florida). Que esto se presente es posible aunque no muy probable, ya que la dinámica de la Convención es muy distinta a la ocasión anterior en que aconteció algo similar (1976). Ahora el stablishment del GOP tendría mucha resistencia por grupos con mucha influencia en sesiones plenarias, como el Tea Party.

La fortaleza de Barack Obama para buscar su reelección, no está en su Administración, sino en su papel como candidato, en su desempeño en los debates, en su conexión y capacidad para motivar al público, pero (probablemente) sobre todo en el Partido Republicano.

miércoles, febrero 08, 2012

Lecturas sobre las primarias en Colorado, Minnesota y Missouri.


Rick Santorum fue el vencedor en los caucus de Minnesota y Colorado, así como el beauty contest de Missouri; cuyos 52 delegados en realidad se definirán mediante un caucus en marzo. Los resultados tienen distintas lecturas; por un lado, es conveniente para Mitt Romney que se mantengan en la contienda los dos adversarios más conservadores a fin de que ese sector divida sus preferencias, al menos en lo que él logra convencerlos de ser el candidato adecuado, si bien tal vez no el deseado por el sector duro conservador. Sin embargo, Romney perdió estados que había ganado fácilmente en 2008 y aún peor, la campaña del ex gobernador había invertido mucho para ganar Colorado, que aunque no aporta muchos delegados a la Convención Republicana, sí tiene gran influencia en la región y genera o impulsa una tendencia en las preferencias.

En efecto Romney esperaba ganar estas primarias para dar un golpe definitivo a las demás candidaturas y casi definir al contrincante de Barck Obama, pero de los males el menor –para Romney- y salió fortalecido el más débil de los conservadores duros.  Que si bien ganó los tres comicios, recordemos que por un lado los delegados se reparten y no van todos para el ganador, y por otro, las primarias en Missouri se puede decir que no contaron, ya que los 52 delegados que representa se otorgarán mediante caucus el 17 de marzo. Esto obedece a que cada estado negocia con el Partido nacional –en este caso el Partido Republicano nacional- las condiciones, métodos y fecha de sus primarias o caucus. Muchos estados quieren mantener o incrementar su importancia en el proceso, por lo que modifican la fecha o método electivo; ante ellos el Comité del partido establece cuántos delegados aportaré el estado dada su nueva política y/o fecha. Ese fue el caso de Florida y Missouri, por ejemplo.

Florida decidió adelantar sus elecciones primarias por lo que perdió la mitad de sus delegados a la Convención (50), Missouri en cambio modificó la fecha –de marzo a febrero- y el método –de caucus a primaria- pero a fin de no ver afectado su peso en la Convención (debido a sus 52 delegados, 2 más que Florida al menos por esta ocasión) el nuevo proceso –el de ayer, 7 de febrero- no define la repartición de delegados, sólo indica una tendencia o preferencias. No obstante, los candidatos ya no podrán hacer campaña para modificar el escenario tendencial que indicó el proceso.
Con los resultados de ayer Mitt Romney tiene 91 delegados, Rick Santorum 44, Newt Gingrich 29 y Ron Paul 8, quien sólo ha sumado en New Hampshire y Nevada. Sin duda el momento de decidir si se mantiene o no en la carrera republicana, se acerca para Paul, y según algunas tendencias en el comportamiento de las campañas de éste y Romney, Ron Paul podría apoyar al ex gobernador de Massachusetts. Está por verse qué tanto podría aportar a la imagen y campaña de Romney, allende los pocos delegados que parece atraer el Representante por Texas.

Al dar su mensaje en Denver, de segundo lugar en el caucus de Colorado, Mitt Romney desvió la atención de la derrota –como se mencionó, esperaban ganar en ese estado- atacando al Presidente Obama, quien en 2008 aceptó la candidatura de su partido en ese mismo estado. Romney se vio como un candidato capaz de atacar inteligentemente a Obama, pues lo hizo con base en declaraciones, criterios y promesas del propio Obama, sin embargo –y esto es común entre políticos, mayormente- en ningún caso señaló qué camino seguiría o cómo re establecería los valores americanos desde Washington –y en efecto habría que preguntarse a qué se refiere con eso- cómo revitalizaría la economía, cómo generaría empleos, cómo haría que los estadounidenses recuperaran sus casas. Todos estos temas que utilizó para atacar al Presidente y desviar la mirada de su (dolorosa) derrota en Colorado. Inquietud ¿se han fijado en cómo arman al público que está detrás de Mitt Romney? ¿Quiénes lo componen?  

viernes, febrero 03, 2012

Lecciones del primer Súper Martes; Florida


Por Miguel Ángel Valenzuela Shelley.
El pasado martes 31 Mitt Romney ganó las primarias de Florida por un claro margen de 46 a 32% de Newt Gingrich –el único contendiente en términos reales- y ya muy atrás Rick Santorum (13%) y Ron Paul (7%). Este resultado da al ex gobernador de Massachusetts nuevo impulso a su candidatura y lo coloca de nuevo como el gran favorito, luego de las derrotas en Iowa y South Carolina. Hasta el momento Romney cuenta con 71 delegados, Gingrich 23, Santorum 13, Paul 3 y Jon Huntsman 2. Estas cifras, aunque sea temprano en el proceso pues la cifra mágica es de 1,144 delegados, obligarán a que más temprano que tarde algunos candidatos opten por declinar en su intento y apoyar a alguno de los dos principales contendientes. Lo más probable es que Ron Paul vaya con Romney y el senador Santorum con el otrora Speaker of the House, Newt Gingrich.

Luego de conocer los resultados, la campaña de Gingrich ha decidido solicitar que los 50 delegados que representa Florida se repartan según la votación de cada candidato y no sean todos para Romney. De acuerdo a los lineamientos electorales del Partido Republicano, los delegados se reparten en todas las elecciones o caucus anterior al 6 de marzo, de acuerdo al porcentaje obtenido por cada candidato. Florida originalmente tendría su elección ese día (Súper Martes) junto con otros 11 estados, pero la representación local del GOP (Grand Old Party, como se le conoce al Partido Republicano) decidió adelantar el proceso. De ser aceptada la petición, algo muy poco probable, Romney se quedaría con 23 delegados y Gingrich con 16; de esta forma los totales serían 44 y 39, aún con ventaja para Romney pero con un escenario mucho más competido. Sin embargo, la petición de Newt Gingrich no será bien recibida entre los republicanos, lo que le restará posibilidades a un ya poco favorable proceso en Nevada y Michigan en los que está abajo el ex Speaker por 20 y 15 puntos respectivamente, según encuestas al jueves 2 de febrero.

Pero lo más interesante no es el resultado de Florida en sí o la reacción de Gringich, sino el análisis de las votaciones. Una cifra que ha llamado mucho la atención es el voto latino favorable a Mitt Romney, 54% contra 29% de Gingrich. Es de subrayarlo por dos razones, por un lado el ex gobernador subió en ese sector 40 puntos entre las primarias de 2008 y el pasado martes. En aquél entonces enfrentaba a dos candidatos muy bien posicionados en el voto latino (John McCain y Rudy Giuliani que sumaron 80%) lo que dejaba a Romney muy poco espacio en las preferencias. Por otra parte, y con profunda relación con lo anterior, Gingrich se presentaba como el candidato con mayor simpatía hacia y del electorado latino dadas sus posturas relacionadas al tema migratorio, en cambio Romney (al parecer) era percibido como anti inmigrante, toda vez que no apoya el DREAM Act y propone la deportación voluntaria para todos los inmigrantes ilegales; para la mayoría de los votantes las mejores políticas frente a la inmigración ilegal, son las de Romney. Considerando estos resultados que indican las encuestas de salida, la campaña de Mitt Romney está comenzando a acercarse más a ese sector que podría definir la candidatura republicana y la elección presidencial de noviembre.

Otras cifras relevantes fueron el voto por identificación a un partido político (Demócrata, Republicano e Independiente), por ideología (Conservador, Moderado o Liberal) y por su opinión/apoyo al Tea Party. Estas cifras son muy importantes ya que, como se comentó en una nota anterior, una de las principales armas de Gingrich contra Romney es que no puede convencer a los republicanos duros –y por ende no es de confiar- debido a que es un conservador moderado; prueba de ello sería la elección primaria en South Carolina. Pero al contrastar esta hipótesis en Florida el resultado la rechaza; Romney recibió una preferencia de 48 contra 33 entre los Republicanos, y de 41 contra 27 entre los independientes. Entre votantes conservadores también venció a Gingrich por 41 a 37%. Inclusive si consideramos que entre los muy conservadores Romney logró 30 ante el 41% de Gingrich, esta también sería una victoria, pues comprobó que sí le está llegando o sí está siendo opción para los conservadores duros, por la razón que esta sea. Incuso entre quienes apoyan al Tea Party –a excepción de los strong supporters- Mitt Romney obtuvo 41%, contra el 37 de Newt Gingrich.

Al revisar el detallado reporte electoral de Florida (ya sea por región, género, estado civil, ingreso, ideología, temas relevantes, opinión del candidato, etc.) se puede apreciar que Mitt Romney sale muy fortalecido no sólo por los 50 delegados, sino por la diversidad del electorado que lo prefiere sobre su más cercano contendiente, Newt Gingrich. Pero a fin de cuentas lo que parecer ser más importante como criterio al elegir al candidato republicano es quién se percibe como capaz de derrotar a Barack Obama, y en ese renglón Mitt Romney venció al ex Speaker por 53 a 29%. Veremos cómo evolucionan estas semanas, pero es probable que el Súper Martes 6 de marzo se resuelva la candidatura republicana.

viernes, enero 27, 2012

El primer Súper Martes


Florida is a must for Gingrich and Romney.
Por Miguel Ángel Valenzuela Shelley

Se le llama Súper Martes a aquellos procesos en las primarias –caucus o elecciones primarias- que se definen el mismo día en varios estados; tal es el caso del martes 6 de marzo, en que 11 estados y 466 delegados/electores del Partido Republicano estarán en juego. Sin embargo, este próximo martes 31 de enero, fecha en que se realizarán las elecciones primarias en Florida, también puede ser considerado como Super Tuesday dado el impacto que puede tener sobre las diferentes candidaturas.

Según analistas y políticos republicanos como Mark Mckinnon o Tom Cole, sería decisivo tanto para Newt Gingrich como para Mitt Romney el resultado de las primarias en Florida. El primero (Gingrich) ha apostado a que el ex gobernador de Massachusetts no puede ganar los votos de verdaderos republicanos dado su cuestionable o moderado conservadurismo, y puesto que en Florida sólo podrán votar republicanos previamente registrados (elección cerrada) se pondrá a prueba la estrategia del otrora speaker of the House. En consecuencia, además de perder los 50 delegados que representa el sureño estado, se debilitaría la campaña a nivel nacional al demostrarse la fallida campaña. Para Romney es igualmente importante Florida, ya que sería una segunda derrota –o tercera, si contamos el tardío revés en Iowa- pero esta vez en un estado realmente en juego.

La victoria, en cambio, significaría impulsar a Newt Gingrich en swinging states y aguantar las muy probables derrotas en Nevada y Michigan, fortaleciendo tanto la idea del débil conservadurismo del ex gobernador de Massachusetts, como la de que él es el candidato que reformará el sistema de Washington. Para Mitt Romney, sería recuperarse de South Carolina –y Iowa- mostrando que sí es capaz de convencer al conservadurismo duro y no sólo al moderado.

Las candidaturas de Gingrich y Romney se han fortalecido los últimos días como resultado de la decisión de Rick Santorum y de Ron Paul de abandonar el estado antes del martes 31. Mientras que los simpatizantes de senador por Pensilvania (Santorum) se están inclinando por Gingrich, quienes apoyan al representante por Texas (Paul) lo hacen por Romney. Esto se ha visto reflejado en las encuestas, ya que han intercambiado la ventaja en las preferencias electorales. Inclusive al día de hoy –viernes 27- algunos estudios ubican como ganador a Mitt Romney y otros a Newt Gingrich, mayormente por diferencias marginales.

Dadas las características de Florida –extensión, población e ideología- tres son los elementos a considerar si se quiere comprender y ganar las elecciones en ese estado –ya sean estas primarias o generales: el dinero, la estructura política y el voto latino. Como se mencionó en una nota anterior y así ha sucedido, se enfrentarían las finanzas de Romney contra la estructura política a la que podría acudir Gingrich. El ex gobernador ha inundado la televisión con propaganda y ataques al ex vocero de la Casa de Representantes, esperando ganar espacio entre republicanos duros y consolidar la preferencia de los moderaos. Gingrich a su vez ha ido ganando simpatías en el Tea Party, que se ha convertido en una fuerza política de mucho peso y amplia estructura en Florida. De hecho el Senador Marco Rubio, que aunque parece inclinarse por Newt Gingrich no ha tomado partido claramente, pertenece a este grupo político.

Un factor clave es el voto latino y cómo el tema de la inmigración podría inclinar la balanza en las preferencias de este sector. El ex gobernador Jeb Bush señaló en un artículo el día de hoy, cómo el Partido Republicano depende de este sector de la población para ganar la elección frente a los Demócratas. En él, Bush subraya que el tema debe tener dos ejes; uno) virar de seguridad a economía el centro del debate, inclusive en la reforma migratoria; y dos) comprender la variedad de condiciones de los latinos en Estados Unidos, y no percibirlos como individuos sin educación, en busca de cualquier tipo de empleo y que no pagan impuestos, generando un alto costo para el gobierno. Al respecto, quien más se ha identificado con el tema o se ha mostrado más sensible es Gingrich; Romney en cambio, en los últimos días ha insistido en aclarar su no origen mexicano, amén de mostrarse como el más duro respecto a los inmigrantes ilegales. Paradójicamente ese tema en particular aunque podría ganarle algunas simpatías en conservadurismo duro, también podría costarle mucho apoyo de la comunidad latina.

Florida podría ser fundamental para las dos principales candidaturas republicanas –e inclusive para las generales de noviembre dependiendo al ganador y su discurso en temas clave- y definitivo para los otros dos candidatos, quien muy probablemente ya estén en negociaciones con Newt Gingrich y Mitt Romney.

viernes, enero 20, 2012

La disyuntiva republicana

Por Miguel Angel Valenzuela Shelley


Pese a los ataques al moderado conservadurismo de Mitt Romney y su gran fortuna –curiosa crítica republicana- éste parece consolidar su ventaja, sin embargo, recientes acontecimientos dentro del grupo de candidatos que persigue al ex Gobernador de Massachusetts, podrían cerrar la brecha entre Romney y algún representante duro del GOP. De ser así los electores del republicanismo tendrán qué elegir entre un candidato aparentemente fuerte ante Obama o bien uno que aunque con mayor simpatía ideológica, no acaba por convencer a su propio partido.

El próximo sábado 21 de enero se llevarán al cabo las elecciones primarias en el estado de Carolina del Sur, y lo que parecía una victoria fácil de Mitt Romney  -lo que lo convertiría en el virtual candidato republicano frente a Barack Obama en el mes de noviembre- se ha convertido en un proceso que aparentemente alargará la espera hasta las primarias de Florida el 31 de este mes. La retirada del Gobernador Rick Perry de la contienda y su apoyo a Newt Gingrich, así como la tardía de victoria del senador Rick Santorum en Iowa 16 días después del caucus en ese estado, podrían dar esperanza a los candidatos más duros del republicanismo.

Las encuestas de NBC, Politico y Public Policy le dan al día de hoy (enero 19) una ventaja de entre 6 y 10% a Romney sobre Newt Gingrich y un amplio margen de hasta 20 puntos sobre Santorum, pero esas cifras fueron antes de que el gobernador Perry retirara su candidatura, y antes también de que el GOP diera a conocer que se habían extraviado los votos de 8 de los 1,774 distritos electorales de Iowa, votos con los que Santorum vence a Romney por 34 puntos. Este cambio no impacta significativamente en el número de delegados que cada candidato recibirá como apoyo en la Convención Republicana, pero sí revive a las opciones radicales del GOP frente a la opción no muy conservadora de Mitt Romney.

Este escenario parece plantearle a los republicanos la disyuntiva de a quién apoyar al acercarse fechas clave para la elección de su candidato. La ventaja de Romney es clara, pero se ha fortalecido al no aparecer un candidato más duro o más conservador que signifique un buen adversario frente a Barack Obama. Varias encuestas sobre una elección entre éste candidato y el Presidente Obama le dan una ligera ventaja al republicano, sin embargo él no representa al conservadurismo que el GOP quisiera volver a la Casa Blanca. Por tanto, el sábado 21 y el martes 31 de este mes los electores republicanos tendrán que decidir si apoyarán la candidatura de su preferencia por cuestiones ideológicas y de principios, o una que les permita contender con buenas oportunidades frente al Presidente Obama, a pesar de ser un soft conservative demasiado rico y alejado de la clase política de Washington, al menos ocasionalmente.

Una importante ayuda que podría recibir el senador Santorum podría provenir del otro candidato con gran simpatía por parte del ala dura del conservadurismo, Newt Gingrich. Estos últimos días el otrora Presidente de la Cámara de Representantes (1995-99) ha recibido duros golpes a su característico puritanismo por parte de su ex esposa (Marianne Gingrich). Está por verse si el apoyo de (Rick) Perry fortalece la candidatura de Gingrich con lo que podría acercarse mucho a Romney o si los señalamientos de las últimas horas acaban por inclinar la balanza hacia el senador por Pensilvania (Rick Santorum).

A casi 10 días de las primarias en Florida, Mitt Romney tiene una clara ventaja sobre los demás aspirantes republicanos de poco más de 20 puntos, habría que esperar a ver qué efecto tiene en las preferencias los resultados de Carolina del Sur. Pero es probable que para el domingo 22 ya haya un virtual candidato del GOP para las elecciones de noviembre próximo.

lunes, enero 09, 2012

Seguimiento a la batalla Republicana


Luego del hollywoodense empate en el caucus de Iowa –Romney 24.6% y Santorum 24.5%-  la batalla republicana por definir al contrincante de Barack Obama e intentar volver a la Casa Blanca se trasladó a Nueva Hampshire, que mañana 10 de enero realizará su primaria luego de un acalorado debate que parece acercar al otrora senador por Pensilvania, Rick Santorum. Nueva Hampshire es un estado pequeño y con pocos votos electorales, ideológicamente conservador-moderado, pero que podría influir en las primarias de Carolina del Sur (21 de enero), y con ello definir a los verdaderos contendientes con vistas a la importante y adelantada cita en Florida (31 de enero).

Sin duda Mitt Romney -ex Gobernador de Massachusetts e importante empresario- tendrá la mayoría de los votos en Nueva Hampshire al contar con una clara ventaja sobre (Ron) Paul y Santorum, pero cabe destacar que Romney perdió 7 puntos en las preferencias electorales entre viernes 6 y (hoy) lunes 9, lo que permitió a sus principales contrincantes mantenerse y acercarse en la carrera Republicana. Particularmente sorprende hasta el momento que Santorum cuente con el 10% de las preferencias en las mencionadas primarias, pues si bien está muy lejos del 33% de Romney o el 20% de Ron Paul, no se esperaba que un conservador duro como el ex senador tuviera una presencia tan relevante en un estado moderado. Mañana se sabrá la realidad de las preferencias y aún podría haber algunas sorpresas, ya que 12% de los electores está aún indeciso, y otros con preferencias definidas podrían cambiar su voto al ver perdida su candidatura.

Luego de las primarias en Nueva Hampshire quedarán 11 días para definir los votos electorales (delegados) en Carolina del Sur y 21 para Florida, que podrían definir la carrera del Grand Old Party (GOP). Las encuestas en Carolina del Sur otorgan a Romney 30% de las preferencias electorales, 23% para Newt Gingrich y 19% para Santorum, pero al igual que en el caso de (las encuestas en) Nueva Hampshire, el mormón ex gobernador de Massachusetts y empresario ha perdido varios puntos en pocos días (7%) y habría que ver si ese fenómeno no se incrementa en estos días.
Carolina del Sur es un estado complicado para candidatos conservadores moderados, ya que la tendencia ideológica se inclina hacia el ala dura del conservadurismo (69% frente al 24% de moderados y sólo 7% liberales) y tiene una fuerte veta religiosa con un 60% de evangélicos. Estos son temas centrales en las primarias del estado sureño, toda vez que Romney ha recibido fuertes críticas por ser el más moderado de los conservadores en la carrera por la candidatura Republicana, así como por su práctica religiosa y haberse distanciado de la política de Washington para concentrarse en sus negocios.
 
Desde 1980 –fecha en que Carolina del Sur comenzó a realizar primarias para la candidatura Republicana- éste estado ha coincidido (o ayudado a definir a) con el candidato Republicano para las elecciones presidenciales, y podría –en esta ocasión- ayudar a definir al candidato Republicano al perfilar las preferencias hacia las primarias (adelantadas) de Florida; mismas que a su vez influirán en los SuperMartes I y II. De ahí la importancia de dar seguimiento a las primarias que se llevarán a cabo este mes y muy probablemente definan al candidato del GOP que enfrentará a Obama a los largo de este año y a fin de cuentas el 6 de noviembre próximo.