Por Miguel Ángel Valenzuela Shelley.
Hoy Martes 6 de marzo será el
esperado Súper Martes para el Partido Republicano (también conocido como GOP,
Grand Old Party) y podría dar un paso importante hacia la definición de su
candidato para la elección general de noviembre. Hasta el momento Mitt Romney
lleva la delantera por poco más de 100 delegados sobre Rick Santorum –aunque
las cifras varían un poco según la fuente que se consulte; eventualidades en
los complicados procesos electorales en Estados Unidos- y el día de hoy podría
consolidar aún más esa ventaja estando muy bien posicionado y encontrándose en
juego 10 estados y 437 delegados; Wyoming cambió la fecha al 10 marzo y
representa 29 delegados.
Según diversas encuestas Romney
está a la cabeza en Massachusetts, Ohio, Idaho, Vermont y Virginia, estado en
el que sólo contenderán él y Ron Paul, ya que los demás candidatos no
consiguieron registro. De confirmarse la tendencia reflejada en las encuestas
la campaña del ex Gobernador conseguiría alrededor de 200 delegados con
únicamente esos cinco estados. El problema para Santorum –y Newt Gingrich- es
que los demás estados estarán muy divididos o se irán para uno u otro, con lo
que no podrán sumar en las cantidades que lo podría hacer Romney. Por ejemplo,
Georgia se inclina para Gingrich (76 delegados) y Tennessee para el ex Senador
por Pensilvania (58 delegados), por mencionar a los estados con mayor
representación en la Convención Nacional Republicana (CNR).
Ohio parece ser un estado clave
en el proceso Republicano, pero no sólo considerando sus primarias, sino con respecto
a la elección general de noviembre en la mira; la estrategia de Mitt Romney
podría sumar a su causa el día de hoy, pero a la de Barack Obama en noviembre.
La contienda al interior del GOP ha provocado una clara división entre
conservadores moderados y duros –incluyendo extremistas o radicales- lo que
tratan de mitigar sus candidatos hablándole a esa parte del electorado que no
les favorece en primera instancia. Rick Santorum ha tratado de suavizar algunas
posturas con respecto a la mujer y la sexualidad –incluso criticó a Rush
Limbaugh por haber calificado de prostituta a Sara Fluke, una estudiante de
Derecho de Georgetown relacionada con el tema de los anticonceptivos en el
Comité de Supervisión de Reforma Gubernamental de la Cámara de Representantes;
mientras que Mitt Romney ha tratado de convencer al sector duro del Partido
Republicano y sus simpatizantes en estados clave, como Ohio. And here lies the rub, como diría el
Bardo.
Convencer a los conservadores
duros ayudaría a Romney en un estado tan disputado como Ohio -34 a 31 sobre
Santorum- o inclusive Tennessee -34 a 29 para Santorum- y con ello darle un
impulso (muy probablemente) definitivo a su campaña. Sin embargo, al hacerse a
la derecha particularmente en temas sociales perdería una gran cantidad de
simpatizantes que podrían inclinarse por Obama en la elección general de
noviembre.
La división entre moderados y duros ha traído duras lecciones al GOP, siendo la más reciente la histórica derrota del Senador Barry Goldwater ante Lyndon Baines Johnson (LBJ), y ese es el escenario que podrían enfrentar este año, aunque no con aquella diferencia entre los candidatos (486 LBJ, 52 Goldwater en el Colegio Electoral). Para algunos Republicanos pertenecientes al stablishment de su partido esto el lo que necesita el GOP, una dura derrota que obligue a la re unificación pragmática del Partido. Al igual que Ciudad Gótica en Batman Begins, en la que ésta necesita ser destruida para luego volver a su gloria pasada, como afirma al Ghul (Liam Neeson), el Partido Republicano necesita una dura derrota en noviembre para poder fortalecerse en el centro derecha con miras no sólo a un efectivo contrapeso a Barack Obama, sino para recuperar la Casa Blanca en 2016.
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