lunes, marzo 12, 2012

83 Años del PRI. El Uso Político de la Alternancia y el Juego de las Evaluaciones Retrospectivas


Adam Przeworski en su libro: Democracy and the market: political and economic reforms in Eastern Europe y Latin America[1] (1991), señalaba que la  democracia es un sistema en el cual algunos partidos pierden las elecciones, periódicamente unos ganan y otros pierden. Con ésta definición el politólogo chileno (nacido en Polonia) pretendía ubicar los rasgos mínimos para identificar un régimen democrático,  sin que esto implicará ignorar la diversidad de arreglos institucionales bajo los cuales toma forma una democracia representativa. La definición de Przeworski encierra un elemento de suma importancia que nos debería permitir entender la dinámica de la democracia en México, después de que el período de transición terminó con el desarrollo y resultados de la elección Presidencial de julio del 2000: La posibilidad de la alternancia.
Con el aniversario número 83 del Partido Revolucionario Institucional, ésta posibilidad  adquiere particular relevancia porque es  precisamente éste partido, el identificado con el viejo Régimen, el que encabeza las preferencias electorales de cara a la próxima elección Presidencial de julio del 2012. De acuerdo con datos de la casa encuestadora Parametría, al día de hoy el PRI tiene el 48% de las preferencias por lo que, si no sucede otra cosa, podría ganar la Presidencia de la República. Sin embargo, la posibilidad de la alternancia es un escenario que se rechaza si es el PRI el que tiene la oportunidad de suceder a Acción Nacional en la Presidencia. Existen distintos argumentos que por el espacio sería imposible mencionar, pero el más utilizado es el que se refiere a la longevidad del partido –no a sus 83 años de vida sino a los 71 en que controló la Presidencia de la República. Se afirma que el PRI es el causante de todo lo malo que ocurre en el país, si existen atrasos en materia de salud, seguridad social, empleo etc., es producto de la estela priísta de cuando gobernó el país.
Lo que inmediatamente llama la atención es que es el PAN, partido que lleva 12 años a cargo de la Presidencia de la República, el que enarbola ésta bandera. Sus principales líderes señalan que son necesarios seis años más de gobierno panista para profundizar los avances que hasta hoy han conseguido. El PRI señala, por su parte, que estos 12 años han sido los peores en materia de empleo, combate a la pobreza y sobretodo han representado un aumento generalizado de la violencia derivada de la pésima conducción en la denominada "Guerra" contra el narcotráfico que arroja hasta el momento más de 50 mil muertos (y contando). Lo anterior constituye una pugna en la atribución de responsabilidades;  lo que llamo el juego de las evaluaciones retrospectivas, lo cual no es otra cosa que lograr convencer al electorado sobre "quién es el culpable" de la situación actual. En este juego,  la necesidad o no de la alternancia adquiere un uso político en el momento en que, a discreción, los tres principales partidos olvidan que han gobernado por un tiempo prolongado en distintas entidades de la República al mismo tiempo que demandan un cambio en las estados en donde son oposición.
Lo que olvidan PAN, PRI y PRD es que la alternancia constituye una necesidad siempre y cuando un gobierno de larga data implique, o de como resultado, un deterioro en el funcionamiento de las instituciones en áreas como la impartición de justicia, en el combate a la pobreza, seguridad pública etc. La pregunta obligada que nos debemos hacer, es si éste deterioro institucional está ocurriendo en las entidades en que gobiernan estos tres partidos políticos desde hace 10, 15 ó 20 años según sea el caso.
La alternancia no deriva de un criterio numérico, si así fuera ésta sería necesaria de facto en Guanajuato en donde el PAN gobierna desde 1991, en Baja California donde lo hace desde hace 23 años o en el Distrito Federal que es territorio perredista desde 1997. Sin embargo en Guanajuato y el Distrito Federal, PAN y PRD tienen posibilidades de ser ratificados en la titularidad del gobierno estatal. Al parecer la evaluación retrospectiva sobre su desempeño  será lo suficientemente buena para  renovar por seis años más en el gobierno.
Finalmente, no deja de resultar paradójico que el argumento que se esgrima para que el PRI  no regrese a la Presidencia de la República y que también sustenta la necesidad de que  el PRD sea "echado" del gobierno de la Ciudad de México, se finque sobre los efectos o externalidades que produce un ejercicio prolongado de gobierno; afrimando al mismo tiempo la necesidad de 18 o 24 años de PAN para "profundizar" la democracia en el país, estamos sin duda ante un uso político de la alternancia.


[1] Democracia y Mercado, en su versión en castellano





Carlos Luis Sánchez y Sánchez. Maestro en Estudios Políticos y Sociales por la Universidad Nacional Autónoma de México y Doctor en Investigación en Ciencias sociales, con orientación en Ciencia Política por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, sede México.

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