martes, mayo 29, 2012

Breves consideraciones sobre el movimiento #YoSoy132


Las movilizaciones estudiantiles siempre tienen dinámicas complejas porque incluyen una diversidad educada y poco estandarizada de individuos. Aglutinan, por consecuencia, una serie de cosmovisiones que reflejan no sólo diferentes percepciones políticas sino también divergentes posiciones socioeconómicas; esto genera el debate y las fricciones que hacen de estos movimientos expresiones ejemplares de acción política. Su riqueza es, sin embargo, también su “Talón de Aquiles”. Es por ello que el primer y más grande reto que los estudiantes que participan de estas movilizaciones enfrentan es la articulación de una agenda y un discurso compactos, precisos, coherentes y realizables. A su vez, el movimiento debe esquivar el cortoplacismo y evitar caer en la irrelevancia, proponiéndose objetivos que verdaderamente promuevan cambios estructurales en el sistema político y no simplemente mejores condiciones para la perpetuación de la partidocracia mexicana.

Es por ello que la Primera Asamblea Universitaria, convocada para el día de mañana en Ciudad Universitaria, es fundamental en el futuro inmediato del movimiento. Los estudiantes tendrán que consolidar la agenda y la estrategia inicial del movimiento con la intención de generar la inercia que le permita trascender la coyuntura electoral. Y es que, muy probablemente, el peor de los contextos para realizar una movilización estudiantil –que tienden a ser apartidistas en lo general– es precisamente un año electoral. El ruido de las campañas políticas, el ánimo partidario encendido y el cierre de las agendas legislativas limitan mucho el espacio de acción. El pesado condicionamiento del contexto ya es evidente: primero en la exigencia de una “democratización” de los medios sólo puede conducir a una banal liberalización de los mismos que no atiende los problemas de reproducción masiva de ignorancia y mediocridad; y segundo en la demanda –como ya lo hicieron ante la Secretaría de Gobernación haciendo gala de civilidad– de la transmisión del segundo debate presidencial del 10 de junio en cadena nacional terminará llevando la desinformación demagógica (que ya apreciamos en el primero de los debates) a “todos” los hogares. Que Televisa programe la transmisión del segundo debate en el Canal 2 –probablemente el canal con mayor alcance a nivel nacional– no puede ser visto como un “triunfo” del movimiento cuando en realidad es una clara señal de la irrelevancia e inocuidad del debate mismo y de su transmisión.

Ojalá los universitarios encuentren la manera de hacerse escuchar y sentir por la clase política nacional con mucha claridad y fuerza. Ojalá también logren despejar los fantasmas de ayer y hoy que intentan endilgarles “santitos” y “muertitos” que no les corresponden; es imprescindible iniciar toda movilización política con clara memoria y un muy liviano lastre políticos. El futuro y el alcance del movimiento está, y debe permanecer, solamente en manos de los estudiantes.

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