lunes, mayo 14, 2012

Temas y estrategias iniciales hacia la elecciones generales

Obama y Romney por temas espinosos.

Por Miguel Ángel Valenzuela Shelley

Las encuestas siguen dando al Presidente Obama ventaja sobre Mitt Romney –al parecer el inminente candidato del Partido Republicano, GOP- pero ésta se ha disminuido sensiblemente, y los swinging states (estados indefinidos en preferencia partidista electoral) aumentan para ambas campañas. En una serie de encuestas realizadas entre el 27 de abril y el 12 de mayo por siete distintas empresas –Rasmussen, Gallup, Associated Press, Reuters, Politico, IBD y Democracy Corps- le dan en promedio una ventaja a Obama de 2% sobre Romney. Ahora estados como Pensilvania, Florida o Virginia están indecisos.
Con las preferencias electorales moviéndose de un lado hacia otro entre Demócratas y Republicanos, aumentando la lista de swinging states, las campañas del Presidente Barack Obama y el ex gobernador Mitt Romney se están viendo obligadas a definir sus posturas en temas que podrían definir la simpatía o rechazo hacia sus candidaturas por parte del electorado. Temas como política militar, veteranos, política exterior, inmigración y derechos de homosexuales, comienzan a definirse en ambas campañas.

Barack Obama, entre el voto militar y halcones desencantados.
En las últimas semanas el Presidente Obama ha tratado de ganar votantes en un sector que le ha sido ajeno –o al menos no ha favorecido- a los Demócratas: el militar. Con el discurso de acelerar el regreso de militares de Afganistán e Irak, así como de incrementar beneficios a los veteranos, Obama trata de aprovechar la opinión pública y militar en ese sentido. De acuerdo a encuestas realizada en abril y mayo por parte de Washington Post-ABC News, se extrae que 52% de los Republicanos, 56% de Conservadores y 50% de Republicanos conservadores, consideran que “no valió la pena la guerra en Afganistán”. A ello se agrega que 75% de los votantes de los estados del Noreste (entre los que se encuentra Pensilvania, un swinging state), 66% del Medio Oeste y el Sur, y 59% del Oeste, están en contra de la guerra. Esto ofrece a Obama un escenario favorable para ganar un voto normalmente adverso a los Demócratas. Si a los desencantados de la guerra se suman veteranos del ejército, el Presidente Obama podría ganar estados clave y que hoy están indecisos, como Virginia y North Carolina.
Acompañando esta estrategia, la campaña del Presidente –a través del Vicepresidente Joe Biden- ha señalado la incapacidad de Mitt Romney para articular sus ideas en política exterior con la realidad de la política internacional. Romney, señala Biden, tiene en mente un mundo de guerra fría, pero las condiciones políticas, sociales y económicas son muy distintas. Obama quiere que el Departamento de Estado dirija los esfuerzos por democratizar Medio Oriente y consolidar sus alianzas, eso significaría reducir la presencia militar estadounidense en la región; Romney, en cambio, quiere que el Pentágono dirija la geoestrategia, lo que significaría mantener la presencia militar norteamericana.

Mitt Romney y el voto latino.
Los latinos son la minoría de mayor crecimiento en los Estados Unidos -43% entre 2000 y 2010- por lo que representan un sector clave en las elecciones, y los comicios generales de noviembre no serán la excepción. No obstante, el candidato Republicano Mitt Romney aún no define su postura en un tema clave para éste sector: la inmigración. Por ello es que la campaña de Romney ha insistido en que el tema no es la política migratoria, sino la economía y el empleo, y cómo quienes más han resentido tal situación son los latinos. Lo que preocupa, no obstante, a la comunidad latina es que se incrementen las deportaciones, pues de por sí la Administración Obama ha sido muy severa en este aspecto.
El problema para Romney, es que una de sus estrategias ha sido compensar su falta de conservadurismo con posturas fuertes en el tema migratorio –de hecho fue el pre candidato más duro en dicho tópico; Romney incluso ha señalado que el marco regulatorio de Arizona debe ser el modelo para la Unión, y también que vetaría la Dream Act, que es una ventana a la ciudadanización para estudiantes indocumentados que hayan llegado a los Estados Unidos siendo menores de edad. Estas posturas explican por qué su campaña se ha concentrado en señalar y subrayar las fallas y deudas de la Administración Obama en el tema migratorio. La de Romney, sería aún más dura, por lo que la tendencia Republicana a perder el voto latino continuaría y se profundizaría; G. W. Bush obtuvo el 44% y John McCain 31%, en 2004 y 2008 respectivamente.

El espinoso asunto del matrimonio homosexual.
Un asunto delicado, una apuesta sin duda muy arriesgada, es el apoyo al matrimonio entre personas del mismo sexo que el Presidente Obama manifestó la semana pasada. Obama sin duda busca volver a movilizar a los liberales a su favor, muchos de los cuales ya no están convencidos por él y su Administración; Obama estaba obligado a llevar a cabo declaraciones, estrategias y políticas audaces. Sin embargo, las declaraciones de Obama –y Biden- han unido y movilizado al ala dura del conservadurismo en torno a Mitt Romney; algo que el Partido Republicano no sabía cómo lograr y que ni siquiera el apoyo de Rick Santorum recientemente provocó, lo ha hecho el Presidente Obama. La cuestión ahora es quién ganará en un concurso de vencidas en estados clave e indecisos, como Florida, North Carolina o Virginia. Los Republicanos esperan que esto genere desencanto por parte de los votantes afroamericanos, que en su mayoría no aprueban estos matrimonios. Por su parte la campaña de Barack Obama, cifra su esperanza en que de acuerdo a un estudio realizado por el Public Religion Research Institute en 2011, que establece que el 44% de jóvenes evangélicos están a favor del matrimonio entre personas del mismo sexo, es decir, dividir el propio voto conservador.

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