Un comentario acerca de la última sesión de la Comisión de Población y
Desarrollo de las Naciones Unidas
Por Edurne Cárdenas
La Conferencia Internacional
sobre la Población y el Desarrollo (CIPD) celebrada en la ciudad de El Cairo en
1994, marcó un hito en la historia de la población y el desarrollo, así como en
la historia de los derechos de la mujer. En ella fue aprobado, por 179 países,
el Programa de Acción de Cairo (PoA) que se caracteriza por su enfoque puesto
en derechos. Allí, por ejemplo se acordó la fundamental
definición de derechos reproductivos.
La Comisión de Población y
Desarrollo de las Naciones Unidas (CPD) es la encargada de supervisar, revisar
y evaluar la implementación del PoA. Entre los días 23 y 27 de abril pasados,
en su 45ta sesión, el tema fue –por primera vez- “adolescentes y jóvenes”: un
tema esperado largamente por quienes promueven los derechos sexuales
y los derechos de los adolescentes y personas jóvenes. Como era
esperado, la sesión estuvo dominada por discusiones acerca –fundamentalmente–
de libertades y por la amenaza latente de una sesión sin resolución acordada,
lo que habría sentando un grave precedente (tal como sucedió en la sesión de
febrero de la Comisión por el Estatus Jurídico de la Mujer).
La sesión fue muy intensa y
afortunadamente culminó con una resolución que marca un punto de inflexión: el
enfoque de derechos humanos como marco de interpretación y guía de la
resolución; el énfasis en la igualdad
de género como condición necesaria
para alcanzar los objetivos propuestos en el PoA; y el avance en la definición e incorporación de un lenguaje
progresista en materia de derechos reproductivos y acceso y garantía a la salud
sexual y reproductiva de las personas adolescentes y jóvenes. Estos hechos
representaron un gran avance; especialmente porque en 2014, en su 20
aniversario, el PoA debe ser revisado para repensar la agenda de población y
desarrollo a partir de 2015.
Entre los aportes de la
resolución destacan el reconocimiento expreso de los derechos reproductivos de
las y los adolescentes y jóvenes y de su capacidad para controlar y decidir
libre y responsablemente en cuestiones relacionadas con su sexualidad, incluida
su salud sexual y reproductiva. El acceso al aborto seguro y accesible -cuando
es legal, o no esta en contra de la ley- merece especial atención porque
la resolución señala que debe capacitarse y el equiparse a los servicios de
salud nacionales.
Las delegaciones de Argentina,
Brasil, Uruguay y Venezuela, enmarcados primero como países del MERCOSUR y
luego, con la adhesión de otros países de la región (Bolivia y Republica
Dominicana) bajo el nombre de “Like-minded
Latin America”, lideraron las negociaciones aportando no sólo argumentos y
posiciones progresistas, si no también entusiasmo a las discusiones. Estas
delegaciones demostraron un fuerte compromiso institucional con las Naciones
Unidas y con la promoción y protección de los derechos sexuales que, como ya ha
sido reconocido en acuerdos regionales, son derechos humanos.
El MERCOSUR -planteada
como una comunidad económica en su origen- sirve como plataforma para
acoger a los países alineados políticamente, excluyendo, por ejemplo, a quienes
geográficamente están mas cerca aunque ideológicamente un poco mas lejos. Tal
el caso de Chile por un lado, que no forma parte del Mercosur, y que en esta
sesión de la CPD reafirmó sus reservas al texto de la resolución en lo relativo
al aborto ya que en su legislación local la vida esta protegida desde la
concepción. Por el otro lado, Venezuela -la incorporación más nueva al
MERCOSUR- más lejos geográficamente, pero más cerca en
las posiciones presentadas y defendidas en materia de desarrollo y derechos
humanos (aunque Venezuela acaba de anunciar su retiro de la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos, y eso vale otro comentario).
Sin embargo, aun existen
contradicciones difíciles de explicar. Por ejemplo, Argentina aun mantiene las
reservas de tinte conservador que puso a la Plataforma de Acción en 1994. Los
proyectos de resolución que llegaron a la Cámara de Diputados de la Nación para
quitar las reservas nunca prosperaron. Las reservas siguen ahí, a pesar de que
los avances normativos a nivel nacional y de las propuestas llevadas a las
negociaciones que quedaron plasmadas en la Resolución acordada. Contradicciones
que no dejan de resonar como una deuda pendiente.
Los progresismos
latinoamericanos tienen características propias, con elementos contradictorios,
criticados a veces de populistas, con políticas de avanzada en algunos temas
pero reticentes a tratar otros. Como ejemplo de esto no puedo dejar de pensar
en Argentina y su batería de normas progresistas relativos al reconocimiento y
protección de la diversidad sexual y al mismo tiempo la imposibilidad de modificar
la penalización del aborto. O el caso de Brasil, que con años de demora,
empieza lentamente a revisar su pasado dictatorial. Estos son los progresismos
que supimos conseguir; que repito, no están exentos de críticas. Su impacto se
siente no sólo en las políticas nacionales y en la posible construcción de una
identidad regional. El liderazgo
en esta última CPD es una muestra de esto.
Los vientos que soplan en los
países del Sur llegan hasta el Norte. Bienvenidos sean.
No hay comentarios:
Publicar un comentario