jueves, mayo 17, 2012

Los vientos que soplan en los países del Sur llegan hasta el Norte

Un comentario acerca de la última sesión de la Comisión de Población y Desarrollo de las Naciones Unidas

Por Edurne Cárdenas

La Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo (CIPD) celebrada en la ciudad de El Cairo en 1994, marcó un hito en la historia de la población y el desarrollo, así como en la historia de los derechos de la mujer. En ella fue aprobado, por 179 países, el Programa de Acción de Cairo (PoA) que se caracteriza por su enfoque puesto en derechos. Allí, por ejemplo se acordó la fundamental definición de derechos reproductivos.

La Comisión de Población y Desarrollo de las Naciones Unidas (CPD) es la encargada de supervisar, revisar y evaluar la implementación del PoA. Entre los días 23 y 27 de abril pasados, en su 45ta sesión, el tema fue –por primera vez- “adolescentes y jóvenes”: un tema esperado largamente por quienes promueven  los derechos sexuales  y los derechos de los adolescentes y personas jóvenes. Como era esperado, la sesión estuvo dominada por discusiones acerca –fundamentalmente– de libertades y por la amenaza latente de una sesión sin resolución acordada, lo que habría sentando un grave precedente (tal como sucedió en la sesión de febrero de la Comisión por el Estatus Jurídico de la Mujer).

La sesión fue muy intensa y afortunadamente culminó con una resolución que marca un punto de inflexión: el enfoque de derechos humanos como marco de interpretación y guía de la resolución;  el énfasis en la igualdad de  género como condición necesaria para alcanzar los objetivos propuestos en el PoA; y  el avance en la definición e incorporación de un lenguaje progresista en materia de derechos reproductivos y acceso y garantía a la salud sexual y reproductiva de las personas adolescentes y jóvenes. Estos hechos representaron un gran avance; especialmente porque en 2014, en su 20 aniversario, el PoA debe ser revisado para repensar la agenda de población y desarrollo a partir de 2015.

Entre los aportes de la resolución destacan el reconocimiento expreso de los derechos reproductivos de las y los adolescentes y jóvenes y de su capacidad para controlar y decidir libre y responsablemente en cuestiones relacionadas con su sexualidad, incluida su salud sexual y reproductiva. El acceso al aborto seguro y accesible -cuando es legal, o no esta en contra de la ley- merece especial atención porque la resolución señala que debe capacitarse y el equiparse a los servicios de salud nacionales.

Las delegaciones de Argentina, Brasil, Uruguay y Venezuela, enmarcados primero como países del MERCOSUR y luego, con la adhesión de otros países de la región (Bolivia y Republica Dominicana) bajo el nombre de “Like-minded Latin America”, lideraron las negociaciones aportando no sólo argumentos y posiciones progresistas, si no también entusiasmo a las discusiones. Estas delegaciones demostraron un fuerte compromiso institucional con las Naciones Unidas y con la promoción y protección de los derechos sexuales que, como ya ha sido reconocido en acuerdos regionales, son derechos humanos.

El MERCOSUR -planteada como una comunidad económica en su origen- sirve como plataforma para acoger a los países alineados políticamente, excluyendo, por ejemplo, a quienes geográficamente están mas cerca aunque ideológicamente un poco mas lejos. Tal el caso de Chile por un lado, que no forma parte del Mercosur, y que en esta sesión de la CPD reafirmó sus reservas al texto de la resolución en lo relativo al aborto ya que en su legislación local la vida esta protegida desde la concepción. Por el otro lado, Venezuela -la incorporación más nueva al MERCOSUR- más lejos geográficamente, pero más cerca en las posiciones presentadas y defendidas en materia de desarrollo y derechos humanos (aunque Venezuela acaba de anunciar su retiro de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, y eso vale otro comentario).

Sin embargo, aun existen contradicciones difíciles de explicar. Por ejemplo, Argentina aun mantiene las reservas de tinte conservador que puso a la Plataforma de Acción en 1994. Los proyectos de resolución que llegaron a la Cámara de Diputados de la Nación para quitar las reservas nunca prosperaron. Las reservas siguen ahí, a pesar de que los avances normativos a nivel nacional y de las propuestas llevadas a las negociaciones que quedaron plasmadas en la Resolución acordada. Contradicciones que no dejan de resonar como una deuda pendiente.

Los progresismos latinoamericanos tienen características propias, con elementos contradictorios, criticados a veces de populistas, con políticas de avanzada en algunos temas pero reticentes a tratar otros. Como ejemplo de esto no puedo dejar de pensar en Argentina y su batería de normas progresistas relativos al reconocimiento y protección de la diversidad sexual y al mismo tiempo la imposibilidad de modificar la penalización del aborto. O el caso de Brasil, que con años de demora, empieza lentamente a revisar su pasado dictatorial. Estos son los progresismos que supimos conseguir; que repito, no están exentos de críticas. Su impacto se siente no sólo en las políticas nacionales y en la posible construcción de una identidad regional. El  liderazgo en esta última CPD es una muestra de esto.

Los vientos que soplan en los países del Sur llegan hasta el Norte. Bienvenidos sean.


Edurne Cardenas es consultora para el area de Advocy Internacional de IPPF/ WHR (International Planned Parenthood Federation/ Western Hemisphere Region). Es abogada y candidata a maestra en Derechos Humanos de la Universidad Nacional de Lanús, Argentina.

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