Por Miguel Ángel Valenzuela Shelley
El próximo martes 6 de noviembre
se llevará a cabo la elección general en los Estados Unidos, y los
norteamericanos elegirán mediante sus 51 procesos electorales (50 estados y
Washington, D.C.) una tercera parte del Senado, renovarán la Cámara de
Representantes y mediante la elección de electores, el Colegio electoral
definirá la Administración por los próximos cuatro años. Las encuestas indican
que no habrá mucho movimiento en las Cámaras –los Republicanos mantendrán el
control de la de Representantes y los Demócratas tendrán la mayoría en el
Senado- pero la elección presidencial está muy cerrada como para anticipar un
ganador. La clave serán –como mencionamos hace ya algunos meses en Nomos
político- los estados de Ohio, Virginia y Florida; en ellos el Presidente Obama tiene una ligera ventaja, pero Romney ha
recaudado más dinero que la campaña Demócrata -escenario contrario al
que tuvo Obama hace cuatro años- y eso podría definir una muy cerrada
elección.
Hasta antes del primer debate
presidencial entre Barack Obama y Mitt Romney, la elección estaba casi
decidida, pero después de aquel primer encuentro las encuestas se cerraron y
así se han mantenido; puntos arriba y abajo para ambos, pero tres días antes de
la elección Obama y Romney están empatados. Sin embargo, Obama lleva una ligera
ventaja en los tres swing states
mencionados, aunque es de apenas 1 punto en Florida, 2 en Virginia y de 5 en Ohio.
De confirmarse las tendencias y sumando a la contabilidad demócrata Ohio y
Virginia, el Presidente Obama alcanzaría 274 votos del Colegio electoral y con
ello cuatro años más en la Casa Blanca. Pero considerando las diversas
encuestas –aceptación, rumbo del país, apoyo de votantes registrados, de
votantes no registrados, etc- los swing
states (Colorado, Iowa, Wisconsin, Ohio, New Hampshire, Virginia y Florida)
están muy cerrados como para predecir un ganador.
Los analistas estadounidenses
comentan que algo pasa en Octubre que impacta en las Campañas y podría ayudar a
definir la elección; esta ocasión estaba a punto de acabar el mes cuando
apareció dicho evento extraordinario: Sandy. Hace cuatro años la crisis
financiera estadounidense impactó las Campañas –John McCain propuso una pausa
para ambos candidatos (y senadores) a fin de lograr un proyecto bipartidista
que atendiera la crisis; Obama aprovechó la declaración para señalar que el
Presidente debía estar listo para atender diversos problemas, y él lo estaba- y
también tuvo su efecto en el electorado, pues la crisis financiera se sumó a
una larga lista de desencantos sobre la Administración Bush. En esta ocasión la
súper tormenta Sandy –superstorm como
la llamaron en EEUU- parece estar ayudando al Presidente Obama, pues si bien
los estragos han sido muy importantes y la recuperación será paulatina y
costosa, se vio un liderazgo inmediato, eficiente y confiable. Con ello,
algunos severos críticos del Presidente alabaron su desempeño ante la crisis,
entre ellos el gobernador de New Jersey, el Republicano Chris Christie; tal vez
esto ayudó a que muchos votantes en swing
states se han inclinado por Obama después de Sandy.
Pero no sólo el liderazgo de
Obama ha ayudado a su campaña, Sandy también ayudó a traer a la mesa de
discusión electoral el plan de Romney de desaparecer FEMA (Federal Emergency
Management Agency) y que cada estado enfrente las crisis por sí mismo o a
partir de liderazgo; esto frente a la
iniciativa de Obama de incrementar los recursos para dicha Agencia. Otro
ejemplo de la diferencia en ambos proyectos. Y ahí la pregunta crucial sobre el
rumbo del país; pregunta que comenzó a estar en las mesas de análisis y en las
encuestas –al menos con mayor peso y continuidad- a partir de la intervención
de Bill Clinton en la Convención Nacional Demócrata. La pregunta arroja un
resultado sumamente dividido entre los votantes: 55% piensan que el país tiene
un rumbo negativo y 43% que es positivo. De primera instancia parece una
importante diferencia, pero es la menor desde 1988.
Las encuestas están tan cerradas
que ya se comienza a hablar de empate o que ninguno de los candidatos alcance
los 270 votos necesarios del Colegio electoral, de ser así la Cámara de
Representantes elegiría al Presidente –cada estado tendría un solo voto- y el
Senado al Vicepresidente, bajo las mismas condiciones. No obstante, previendo
conflictos post electorales, ambas Campañas ya cuentan con varios equipos de
abogados listos para pelear los votos. Lo que es casi un hecho es que la noche
del Martes 6 de noviembre no conoceremos al ganador de la elección general
2012.
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