martes, febrero 09, 2016

Partidocracia y constitución CDMX

Por Amando Basurto.-

Nada más notable en ingeniería institucional que la edificación de un cuerpo político. Ejemplos históricos hay muchos, pocos realmente ejemplares. Las constituciones tienden a ser el epítome de la concentración de poder o una expresión de las tensiones entre la constitución del poder político y el resguardo de derechos individuales. Es por ello que muchas constituciones comienzan con una retahíla de derechos mucho antes de definir tanto las instituciones como los espacios de participación política ciudadana y las herramientas para la transparencia y rendición de cuentas.

En el caso de la constitución de la Ciudad de México, los primeros temas que parecen centrales en la ingeniería institucional son: primero, ya que conocemos perfectamente los graves costos de la partidocracia en México, ¿cómo dificultamos que la recientemente creada CDMX se vuelva presa fácil de los partidos políticos? Es decir, ¿cuáles son las instituciones que deben ser planteadas para contrapesar el poder corporativista y el compadrazgo político característicos de los partidos en México? Digo, para no vernos pronto en la penosa y tortuosa tarea de "re-ciudadanizar" la política de la capital. Y segundo, ¿cómo aseguramos que desde el principio los funcionarios del gobierno de la ciudad rindan cuentas? Es decir, ¿cuáles serán los medio por los cuales se sancionará la corrupción oficial?

Sin embargo, hoy el tema se ha centrado en equilibrar el poder partidista dentro del constituyente. Mientras el grupo asesor para la redacción del proyecto es mayoritariamente perredista (y simpatizantes de izquierda), 40 de los 100 constituyentes son miembros actuales del Congreso y 6 serán designados por el Presidente Peña. Esto quiere decir que el Partido Revolucionario Institucional obtendrá una importante (si no mayoritaria) representación en la asamblea constituyente. El resto de la Asamblea Constituyente (60 individuos) será electa entre partidos y aquellos que logren registrarse como independientes. Por desgracia aquí los candidatos independientes jugarán en contra del posible equilibro de fuerzas partidistas en la asamblea, porque a más constituyentes independientes, mayor la posible representación del PRI.

La batalla política se tornará más violenta en tanto la Asamblea decida modificar en un mayor grado el proyecto presentado por el grupo asesor de Miguel Ángel Mancera. En vez de concentrarse en construir instituciones políticas modernas y democráticas, los partidos pueden simplemente tratar de dividirse de mejor manera el pastel político que la ciudad representa. Por ello, la constitución de la CDMX puede acabar consolidando la partidocracia mexicana en vez de empoderar a la ciudadanía; enfatizar la centralizad de los derechos políticos de los residentes de la capital será fundamental, pues, en los trabajos de la Asamblea Constituyente.



- Amando Basurto Salazar

Doctor en Política por la New School for Social Research, NY y Maestro en Estudios en Relaciones Internacionales por la Universidad Nacional Autónoma de México


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