El día
de ayer, Josefina Vázquez Mota ganó las elecciones internas del Partido Acción Nacional
y se convirtió en la primera candidata a la presidencia por ese partido. La
primera impresión que uno obtiene es de un júbilo que oculta una tendencia por
más interesante.
Recordemos
que Vicente Fox comenzó muy temprano, en 1997, a trabajar en su candidatura
presidencial. Su ímpetu por ser nombrado candidato presidencial del partido que
lo había puesto a la cabeza del gobierno de Guanajuato le llevó a realizar una
“precampaña” “por la libre.” Para reunir y triangular recursos, haciendo uso de
vacíos legales, utilizó la organización civil llamada “Amigos de Fox” y esto le
permitió generar su propia red de apoyo y popularidad fuera del partido. Al
final la presión sobre el PAN dio frutos y Fox fue designado el candidato
presidencial que ganaría las elecciones del año 2000.
También
recordemos que, al final de la administración de Vicente Fox, ya nos quedaba
claro quien era el elegido para sucederlo. Santiago Creel fue (o intentó) ser
el operador político de Fox desde la Secretaría de Gobernación. Pero cuando
todo parecía alinearse para que Creel fuera el candidato, el entonces
gobernador de Jalisco –Francisco Javier Ramirez Acuña– “destapó” al Secretario
de Energía Felipe Calderón como posible candidato presidencial del PAN. Esto
desató el despido de Calderón y el virtual inicio de una campaña al interior
del partido para decidir entre él y Creel para candidato presidencial. A la
postre Calderón vencerá a quien era el favorito del Presidente. Si la
candidatura de Fox se había realizado a pesar del partido, la de Calderón se
había conseguido a pesar de Fox. La ruptura no significó una gran fractura
dentro del partido pero si significó que Calderón se desmarcara de la
administración Fox. Una de las razones por las que Felipe Calderón ganó las
elecciones de 2006 fue que no representaba la continuación de la presidencia de
Fox.
Ayer Josefina Vázquez ganó las elecciones internas
del PAN. Su “pre-candidatura” representaba una tercera vía, un vía entre Creel
(quien con apoyo de Fox intentaba por segunda vez ser candidato) y Ernesto
Cordero quien era “el gallo” del Presidente Felipe Calderón. Una vez más, el
candidato será alguien que no representa, totalmente, la continuación de la
administración actual. La tendencia no es la ruptura constante dentro del
partido, sino que para competir y en su caso ganar elecciones, los candidatos
del PAN han tenido que desmarcarse de las administraciones que les preceden
desde el inicio de sus campañas (recordemos que los presidentes del PRI solían
desmarcarse una vez sido electos). Es decir, las administraciones panistas han
sido tan ineficientes y tan poco exitosas que lo primero que sus candidatos han
tenido que hacer es dejar en claro que no representan su continuación. Frente a
aquel que representaba la continuación del Foxismo, y aquél que representaba la
continuación del Calderonismo, hoy el PAN tiene una candidata sin liderazgo y
sin proyecto que fue capaz de obtener los votos de aquellos panistas que creen
que para ganar la presidencia de nuevo es necesario no ser delfín ni del actual
ni del anterior.
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