Escribo esta carta con la intención no sólo
de expresarle abiertamente mi sentir con respecto a su actual candidatura a la
Presidencia de la República sino de proponerle algo. No es necesario conocerle para
saber, después de leer sobre los estudios que ha realizado, los puestos que ha
ocupado y sus logros, que es usted una persona inteligente. Además, es evidente
que usted ha sido y puede ser una persona valiosa en la promoción de temas de
protección ambiental y desarrollo sustentable como lo demuestra especialmente
su trabajo desde la sociedad civil y la iniciativa privada.
Lo que uno no alcanza a comprender, tras la
lectura de su trabajo y sus logros, es por qué aceptó ser el candidato del
Partido Nueva Alianza. Es incomprensible no sólo porque usted tendría que ser
un “político de siempre” (de esos que con razón descalifica todo el tiempo)
para pagar el costo político de vincularse al partido dirigido por la familia
de la señora Elba Esther Gordillo, sino también porque tras abanderar el
esfuerzo electoral de dicho partido va a ser muy difícil que recupere su imagen
de probidad y su valía para la sociedad civil.
Aunque muchos le creemos que usted no fue
designado por la señora Gordillo como candidato, no creemos que sea tan escaso
de entendimiento como para no comprender que su labor se reduce a ayudar a
obtener los votos suficientes para que el PANAL mantenga su registro. Es
difícil creer que la dirigencia del partido se esté aprovechando de su inocencia
y de su inexperiencia para que usted no se de cuenta de que sólo es un
instrumento de subsistencia del partido. Que usted, en pocas palabras, trabaja
para ellos. El que el PANAL le otorgue tanta autonomía en términos de
plataforma sólo indica que no importa lo que usted diga o prometa en campaña
mientras se consigan los votos suficientes para mantener el registro. El resto
de los ciudadanos y la misma dirigencia del PANAL estamos seguros de una cosa:
usted no ganará la elección presidencial del primero de julio. Lo único que
conseguirá, en grave detrimento de la democracia mexicana, es la permanencia
del partido político que representa la cúspide del sistema corporativo mexicano
(sí, ese de chantaje y corrupción). Muy en el fondo usted también sabe que esto
es cierto.
Es por ello que me he decidido a escribir y
proponerle una alternativa; la única alternativa que no sólo le permite retener
su dignidad sino que le permite hacer algo con verdadero valor histórico y
político: renuncie públicamente a su candidatura (sin declinar a favor de
nadie) y permita que el Partido Nueva Alianza siga su curso natural de
extinción. Mantener su candidatura no es asunto de dignidad o de palabra, sino
de terquedad, incompetencia y falta de ética política. Hoy tiene una oportunidad
única de hacer algo que cambie la historia del el sistema político mexicano, no
hacerlo lo hace cómplice (consciente o no) de los “políticos de siempre”.
Atentamente
Mtro. Amando Basurto Salazar
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