(La ideología del viejo sur
domina el moderno GOP)
Por Miguel Ángel Valenzuela Shelley
Los Republicanos llegaron a su
Convención Nacional con las encuestas indicando que Obama y Romney van
empatados hacia la elección general de noviembre. En la Convención el GOP
–Grand Old Party, como también se le conoce al Partido Republicano- las figuras
del Partido tratan de mandar mensajes que fortalezcan al candidato y atraigan
votos a su campaña. Hace cuatro años el GOP tuvo muchos problemas para obtener
votos de la comunidad latina, de las mujeres y afroamericanos, por lo que se
esperaba que para esta Convención los mensajes de sus figuras y líderes
políticos estuvieran dirigidos a ellos, y en apariencia lo estuvieron, pero en
el fondo tanto la Campaña de Romney/Ryan como dichos discursos dejaron claro el
dominio ideológico del viejo sur. ¿Podrá el Partido Republicano mantener su
radicalismo y aún así atraer a los sectores que lo abandonaron hace cuatro
años?
Desde que Barack Obama obtuvo la
candidatura demócrata para las elecciones de 2008, el GOP ha incrementado su
hostilidad hacia las minorías, ha tomado posturas racistas (no sólo durante la
campaña), se ha profundizado tanto su temor y desconfianza hacia el gobierno,
como con respecto a la ciencia; la tradición conservadora del sur, en una de su
expresiones más radicales, domina los valores del Republicanismo moderno. Los
conservadores blancos cobran más importancia en el Partido y sus estrategias,
mientras que en el país las mujeres, los latinos, afroamericanos y la comunidad
LGBTQ –lésbico, gay, bisexual, transgénero y queer- exigen más derechos, equidad e igualdad. El GOP necesita de
ellos para ganar la elección de noviembre –a excepción de los últimos, y no
porque no los necesite, sino porque claramente han señalado (Romney/Ryan) que
el candidato de la comunidad LGBTQ es Barack Obama- la pregunta es cómo
conjuntar ambas cosas; los intentos por hacerlo comenzarían en la Convención.
Ann Romney –esposa del candidato-
y Chris Christie –Gobernador de New Jersey- fueron los oradores estelares del
Martes 28. El objetivo de ambos era fortalecer la candidatura de Mitt Romney,
revertir las críticas al candidato con respecto a su elitismo y su falta de
simpatía, empatía y liderazgo, y comenzar a golpear la Administración del
Presidente Obama. Ann Romney, mucho más que Christie, logró su cometido, pero
sus referentes eran personales, es decir se ubicaba ella (no su esposo) como
una estadounidense común hija de un minero, que a través del trabajo duro
alcanzó el American dream –lo que
también hizo Condoleeza Rice la noche del miércoles. La Convención Nacional
Republicana, una vez más, ha mostrado en realidad discursos llenos de ideales y
valores chauvinistas, raciales y profundamente conservadores. Mismos que se
aprecian en su plataforma política, la cual habla de un muro a todo lo largo de
la frontera con México sin importar el costo, de prohibir el aborto aún en
casos en que la vida de la madre esté en peligro o de violación. Una plataforma
que en política exterior habla de fuerza, unilateralidad y enemigos
existenciales, amenazas al American way (China, Rusia, Irán, Cuba, Venezuela…).
La noche del miércoles giró en
torno al discurso del compañero de fórmula de Mitt Romney, el Representante por
Wisconsin Paul Ryan. Había una gran expectación por escuchar a Ryan, y ver qué
tanto conectaba con la gente –tanto en la Convención como a través de las
pantallas- así como conocer el tenor de sus ataques a la Administración Obama
así como su capacidad para articular y comunicar dichas críticas. Ryan justificó
su elección como compañero de fórmula, al dirigir buena parte de sus ataques en
el ámbito económico, y particularmente el Obamacare; áreas que maneja muy bien
el Representante de Wisconsin y ex Presidente del Comité de Presupuesto en la
Cámara Baja. Ryan sí conectó con la gente y motivó a sus simpatizantes –de
hecho, mucho más que el propio Romney- sin embargo sus ataques estuvieron
llenos de manipulaciones, falsedades e inexactitudes.
Paul Ryan criticó los recortes
presupuestales a Medicare del Presidente Obama, pero –evidentemente- no señaló
que su propuesta presupuestal contenía recortes muy similares. Por otra parte,
y en un estilo típicamente estadounidense, Ryan ejemplificó la mala
administración de Obama con respecto al rescate de la economía, al mencionar
una empresa automotriz de su natal Janesville que a pesar de las promesas de
Obama ésta quebró dejando a cientos de trabajadores y sus familias sin
sustento; lo que el candidato a la Vicepresidencia omitió, es que la
Administración del Presidente Obama rescató dicha empresa, y sigue funcionando.
Ryan también omitió que obstaculizó propuestas bipartidistas en los referente
al Presupuesto y otros temas. El Representante por Wisconsin (de 42 años) se
encargó de fortalecer la imagen de Barack Obama –y su Administración- como una
amenaza a la seguridad de los Estados Unidos por la debilidad de su política
exterior, al modo de vida estadounidense por su política de planificación,
límites, controles y multas (lo que identifican como socialismo) y al
empresariado en su conjunto por el deseo de Obama castigar el éxito –haciendo
alusión a las críticas dirigidas a Mitt Romney por parte de los Demócratas.
A fin de cuentas buenas y malas
para los Republicanos y Paul Ryan; dio un discurso muy emotivo, encendió a la
Convención –tal vez tanto como Condoleeza Rice- y sin duda motivó a muchos
miembros del GOP que no estaban convencidos por la fórmula, pero no buscó
llegar a las minorías –de quienes dependen ambos partidos- y se demostraron
varias inconsistencias en su discurso –además de las mencionadas, faltó a la
verdad cuando señaló que los tres estados con menor desempleo son gobernados
por Republicanos- razón por la que se recordó a Sarah Palin y su accidentada
campaña de 2008, luego de su gran papel en la Convención.
(En la segunda parte a entregar
el lunes, se comentarán los discursos de Jeb Bush, Marco Rubio y Mitt Romney)
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