viernes, agosto 31, 2012

El Partido Republicano y la política de la enemistad, Iª Parte


(La ideología del viejo sur domina el moderno GOP)

Por Miguel Ángel Valenzuela Shelley


Los Republicanos llegaron a su Convención Nacional con las encuestas indicando que Obama y Romney van empatados hacia la elección general de noviembre. En la Convención el GOP –Grand Old Party, como también se le conoce al Partido Republicano- las figuras del Partido tratan de mandar mensajes que fortalezcan al candidato y atraigan votos a su campaña. Hace cuatro años el GOP tuvo muchos problemas para obtener votos de la comunidad latina, de las mujeres y afroamericanos, por lo que se esperaba que para esta Convención los mensajes de sus figuras y líderes políticos estuvieran dirigidos a ellos, y en apariencia lo estuvieron, pero en el fondo tanto la Campaña de Romney/Ryan como dichos discursos dejaron claro el dominio ideológico del viejo sur. ¿Podrá el Partido Republicano mantener su radicalismo y aún así atraer a los sectores que lo abandonaron hace cuatro años?

Desde que Barack Obama obtuvo la candidatura demócrata para las elecciones de 2008, el GOP ha incrementado su hostilidad hacia las minorías, ha tomado posturas racistas (no sólo durante la campaña), se ha profundizado tanto su temor y desconfianza hacia el gobierno, como con respecto a la ciencia; la tradición conservadora del sur, en una de su expresiones más radicales, domina los valores del Republicanismo moderno. Los conservadores blancos cobran más importancia en el Partido y sus estrategias, mientras que en el país las mujeres, los latinos, afroamericanos y la comunidad LGBTQ –lésbico, gay, bisexual, transgénero y queer-  exigen más derechos, equidad e igualdad. El GOP necesita de ellos para ganar la elección de noviembre –a excepción de los últimos, y no porque no los necesite, sino porque claramente han señalado (Romney/Ryan) que el candidato de la comunidad LGBTQ es Barack Obama- la pregunta es cómo conjuntar ambas cosas; los intentos por hacerlo comenzarían en la Convención.

Ann Romney –esposa del candidato- y Chris Christie –Gobernador de New Jersey- fueron los oradores estelares del Martes 28. El objetivo de ambos era fortalecer la candidatura de Mitt Romney, revertir las críticas al candidato con respecto a su elitismo y su falta de simpatía, empatía y liderazgo, y comenzar a golpear la Administración del Presidente Obama. Ann Romney, mucho más que Christie, logró su cometido, pero sus referentes eran personales, es decir se ubicaba ella (no su esposo) como una estadounidense común hija de un minero, que a través del trabajo duro alcanzó el American dream –lo que también hizo Condoleeza Rice la noche del miércoles. La Convención Nacional Republicana, una vez más, ha mostrado en realidad discursos llenos de ideales y valores chauvinistas, raciales y profundamente conservadores. Mismos que se aprecian en su plataforma política, la cual habla de un muro a todo lo largo de la frontera con México sin importar el costo, de prohibir el aborto aún en casos en que la vida de la madre esté en peligro o de violación. Una plataforma que en política exterior habla de fuerza, unilateralidad y enemigos existenciales, amenazas al American way (China, Rusia, Irán, Cuba, Venezuela…).

La noche del miércoles giró en torno al discurso del compañero de fórmula de Mitt Romney, el Representante por Wisconsin Paul Ryan. Había una gran expectación por escuchar a Ryan, y ver qué tanto conectaba con la gente –tanto en la Convención como a través de las pantallas- así como conocer el tenor de sus ataques a la Administración Obama así como su capacidad para articular y comunicar dichas críticas. Ryan justificó su elección como compañero de fórmula, al dirigir buena parte de sus ataques en el ámbito económico, y particularmente el Obamacare; áreas que maneja muy bien el Representante de Wisconsin y ex Presidente del Comité de Presupuesto en la Cámara Baja. Ryan sí conectó con la gente y motivó a sus simpatizantes –de hecho, mucho más que el propio Romney- sin embargo sus ataques estuvieron llenos de manipulaciones, falsedades e inexactitudes.

Paul Ryan criticó los recortes presupuestales a Medicare del Presidente Obama, pero –evidentemente- no señaló que su propuesta presupuestal contenía recortes muy similares. Por otra parte, y en un estilo típicamente estadounidense, Ryan ejemplificó la mala administración de Obama con respecto al rescate de la economía, al mencionar una empresa automotriz de su natal Janesville que a pesar de las promesas de Obama ésta quebró dejando a cientos de trabajadores y sus familias sin sustento; lo que el candidato a la Vicepresidencia omitió, es que la Administración del Presidente Obama rescató dicha empresa, y sigue funcionando. Ryan también omitió que obstaculizó propuestas bipartidistas en los referente al Presupuesto y otros temas. El Representante por Wisconsin (de 42 años) se encargó de fortalecer la imagen de Barack Obama –y su Administración- como una amenaza a la seguridad de los Estados Unidos por la debilidad de su política exterior, al modo de vida estadounidense por su política de planificación, límites, controles y multas (lo que identifican como socialismo) y al empresariado en su conjunto por el deseo de Obama castigar el éxito –haciendo alusión a las críticas dirigidas a Mitt Romney por parte de los Demócratas.

A fin de cuentas buenas y malas para los Republicanos y Paul Ryan; dio un discurso muy emotivo, encendió a la Convención –tal vez tanto como Condoleeza Rice- y sin duda motivó a muchos miembros del GOP que no estaban convencidos por la fórmula, pero no buscó llegar a las minorías –de quienes dependen ambos partidos- y se demostraron varias inconsistencias en su discurso –además de las mencionadas, faltó a la verdad cuando señaló que los tres estados con menor desempleo son gobernados por Republicanos- razón por la que se recordó a Sarah Palin y su accidentada campaña de 2008, luego de su gran papel en la Convención.


(En la segunda parte a entregar el lunes, se comentarán los discursos de Jeb Bush, Marco Rubio y Mitt Romney)

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